En este instante crucial de nuestra existencia, estamos siendo testigos de una cantidad inimaginable de cambios y acontecimientos en los planos sutiles del mundo espiritual. La mayoría de las personas apenas empieza a percibir esta transformación, siente una oleada de energía y luz que se avecina, una promesa de algo grandioso que está por manifestarse. Es un sentimiento de esperanza y expectación, una certeza interna de que algo maravilloso está en proceso.
El futuro resplandece con una luz de amor y paz y donde quiera que se manifieste esta energía, será necesaria una gran transformación. Cada alma encarnada en este plano está llamada a convertirse en un Cristo en acción, manifestando su búsqueda superior. Aunque vivimos en un mundo material y nuestras búsquedas cotidianas son importantes, no podemos olvidar la esencia espiritual que nos anima.
Debemos encontrar un equilibrio entre lo material y lo espiritual, comprendiendo que ambos aspectos son fundamentales para nuestra evolución.
La sanación es un proceso de transformación, de transmutar lo negativo en positivo, la enfermedad en salud, el conflicto en paz. Cada uno de nosotros lleva dentro de sí una chispa divina, un ser crístico que debe manifestar su perfección. Al proyectar lo mejor de nosotros mismos, influenciamos positivamente a los demás, irradiando amor y luz que eventualmente retornan a nosotros, alimentando nuestro espíritu. Éste es el servicio que debemos ofrecer al planeta en esta nueva era, puesto que somos más que seres de carne y hueso; somos almas divinas en un viaje de evolución. La comunicación entre personas no es solo de cuerpo a cuerpo, sino de alma a alma, reconociendo la presencia divina en cada encuentro.
El verdadero orden de la vida radica en la paz espiritual. Cuando alcanzamos esta paz, logramos un equilibrio que nos permite disfrutar plenamente de la vida material sin olvidar nuestra misión espiritual.
La búsqueda de la luz y la evolución no es exclusiva de la Tierra; es una ley cósmica que abarca todos los niveles de existencia. Cada ser, cada planeta, cada galaxia, todos estamos en un camino de aprendizaje y crecimiento hacia la luz divina. Es nuestra responsabilidad reconocer este llamado y participar activamente en nuestra propia evolución y en la de nuestro planeta.
Abracemos nuestro momento de transformación con amor, esperanza y una profunda conexión con nuestra esencia divina. Nos vamos acompañando…💖
Karina Holoveski
Mujer Medicina-Chamana.
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