Nosotros tenemos el poder de crear nuestra vida y nuestro destino mediante las decisiones que tomamos. Todo el tiempo estamos tomando decisiones que nos conducen a algún destino y tienen consecuencias en nuestra vida.
Aún cuando decimos que no queremos tomar una decisión, estamos decidiendo posponer para más adelante una situación que tiene que ser resuelta. Todo el tiempo y a cada instante tomamos decisiones, pequeñas o grandes y de todos los temas, que van creando nuestro presente y nuestro futuro.
Lo importante de esto es darnos cuenta que somos nosotros quienes decidimos, y por tanto está en nosotros tomar las decisiones que nos acerquen a la persona que queremos ser. Tomar decisiones en algunos casos puede resultar paralizante, sobre todo cuando aparece el miedo a equivocarnos.
Y si bien una decisión en algunos casos puede cambiar completamente nuestra vida, las decisiones no son sentencias, siempre podemos elegir algo diferente. Las situaciones de la vida son muy cambiantes, a veces suceden con mucha velocidad y la mayoría de las veces tenemos que decidir sin saber que hay del otro lado.
Por eso, lo importante es preguntarnos, esto que decido ¿me acerca de algún modo a lo que deseo ser? ¿Qué otra alternativa tengo? Siempre tenemos opciones, aunque algunas veces parezca que solo hay un camino, por eso es tan importante estar abiertos a preguntarnos y ver las distintas posibilidades. Tomar decisiones está muy relacionado con la confianza que nos tenemos a nosotros mismos, y con nuestra autoestima, implica escuchar nuestra voz interior y seguirla.
Cuando elegimos y decidimos, nos convertimos en protagonistas de nuestra vida, y nos damos cuenta que, si bien muchas cosas están dadas, siempre podremos elegir qué hacer con ellas.
Como afirma Tony Robbins: “Son tus decisiones y no tus condiciones, las que determinan tu destino”.
Natalia Moyano
Contadora con
corazón de escritora
[email protected]