El zapallito de tronco, también conocido científicamente como Cucurbita maxima var. zapallito, es un cultivo esencial en las huertas argentinas durante el verano. Esta planta, de origen tropical y altamente sensible a las heladas, se ha consolidado como un favorito en las mesas del país, especialmente en su variante redonda.
Sin embargo, el zapallito largo o zucchini (Cucurbita pepo), aunque menos común, también tiene su lugar en la producción nacional.
Tanto el zapallito redondo como el zucchini se consumen en estado inmaduro, lo que significa que el fruto se come cuando la corteza aún es tierna y blanda, las semillas están poco formadas y la parte interna es compacta, sin cavidades y libre de acidez o esponjosidad.
Estos frutos se destacan por su alto contenido de vitamina A y fibra, lo que los convierte en un alimento nutritivo y beneficioso para la salud.
Las diferencias nutricionales entre los zapallitos inmaduros y los zapallos de cáscara dura o de guardar son notables, siendo los primeros más ricos en ciertas vitaminas y provitaminas. Además, las flores de estas plantas son comestibles y son apreciadas en diversas culturas y gastronomías.
Zapallitos de tronco: desde la siembra hasta la cosecha
El cultivo del zapallito de tronco comienza con la siembra de semillas que, a pesar de ser grandes, germinan con facilidad y no requieren de grandes cantidades de agua.
Estas semillas se plantan directamente en el lote definitivo, a una profundidad adecuada y con una distancia entre plantas de 50 a 60 cm y entre surcos de 80 a 90 cm.
Las plantas de zapallito son anuales, erectas y semiarbustivas, aunque con el tiempo tienden a convertirse en rastreras. Las hojas son grandes, pubescentes y con pecíolos largos, mientras que las flores, tanto masculinas como femeninas, son grandes, amarillas y solitarias. La polinización es un aspecto crucial para la formación del fruto, especialmente en las primeras primaveras cuando la presencia de insectos polinizadores es baja.
Cuidados y cosecha
El ciclo de cultivo del zapallito de tronco es corto, pudiendo durar entre 30 y 60 días, dependiendo de las condiciones climáticas. No requiere cuidados especiales más allá de evitar el encharcamiento, ya que es muy sensible a los marchitamientos.
La cosecha debe realizarse día por medio, asegurándose de que los frutos estén tiernos y brillantes, ya que de lo contrario, se endurecen y pierden calidad. Cada planta puede producir alrededor de 1 kg de zapallitos durante un periodo de cosecha de mes y medio a dos meses.
Adversidades en el cultivo
El zapallito de tronco enfrenta varios desafíos durante su crecimiento. Es particularmente vulnerable a los marchitamientos causados por el exceso de agua, aunque el zucchini muestra una mayor resistencia a este problema.
También es susceptible a enfermedades que se manifiestan como manchas algodonosas en las hojas y, en épocas de altas temperaturas, al ataque de gusanos que perforan tanto las hojas como los frutos.
El consumo de zapallitos orgánicos es fundamental, especialmente en aquellas épocas del año en que los cultivos convencionales son tratados con pesticidas muy tóxicos para combatir plagas como los gusanos masticadores.
Estos productos químicos pueden dejar residuos peligrosos en los frutos, por lo que optar por zapallitos orgánicos es una decisión que contribuye a una alimentación más saludable y libre de contaminantes.