El pasado sábado 31 de agosto se conocía que dos hermanas domiciliadas en Oberá, habían sido detenidas luego de sospechas de abuso sexual de menores entre los que estaban sus propios hijos. Finalmente, ayer fueron trasladadas ante el juez Horacio Alarcón para que sean indagadas.
Tienen 30 y 33 años y se abstuvieron de declarar ante el titular del Juzgado de Instrucción 2. Previamente fueron informadas de las pruebas que la Justicia recabó hasta el momento con las acusaciones que pesaban sobre ellas. Seguidamente les fue leída la imputación, que inicialmente es la de “corrupción de menores y abuso sexual con acceso carnal”. Les notificaron que iban a continuar detenidas. No se descarta que esta acusación se amplíe en la medida que la continuidad de la causa encuentre que incurrieron en más delitos.
Por lo pronto, los hijos de una de las hermanas (de entre 13 y 9 años), quedaron bajo resguardo de la justicia y el Departamento de Niñez, Adolescencia y Familia de la Municipalidad de Oberá.
El caso trascendió cuando una mujer policía que realizaba tareas comunitarias, comenzó a escuchar rumores acerca de situaciones de abuso que aparentemente ocurrían en dos viviendas de Oberá que involucraban a dos hermanas. Una en el barrio San José y el otro en Villa Sapucay.
La suboficial había asistido a una capacitación acerca de trata de personas en la casa del Bicentenario y eso la llevó a contactar al área municipal que llevó a cabo esa charla. Iniciaron un plan de acción y con la investigación judicial en curso, la policía procedió a allanar las viviendas de las sospechosas y detenerlas.
Según se conoció, las hermanas entablaban amistad con menores de la zona y los invitaban a sus casas. Luego, tenían relaciones sexuales con ellos y les facilitaban estupefacientes. De esa forma los extorsionaban diciéndoles que estaban en deuda con ellas. Los incitaba a cometer robos para apoderarse luego de los elementos que sustraían.
Una de ellas estaba con prisión domiciliaria, luego de ser condenada en una causa por comercialización de drogas ilícitas. Al tener tres hijos menores le fue dado ese beneficio. Estaba a muy poco de completar el plazo de su condena.
Presuntamente los hijos eran testigos de las situaciones sexuales que ocurrían en la casa. Las pericias de Cámara Gesell podrán develar otro rumor que corría en el barrio. Que la hija mayor, de 13 años, era ofrecida a prostitución.