La producción orgánica viene creciendo en la agricultura de la provincia y del país. A través del impulso y la iniciativa de diferentes sectores productivos, se logró poner en la agenda la temática y que se dicten legislaciones que apoyen el movimiento.
En el marco del Congreso Nacional de Horticultura, que tuvo lugar en Posadas a principio de mes, la presidente del Movimiento Argentino de Producción Orgánica (MAPO), Mariana Del Pino, compartió con Eco&Agro, reflexiones sobre los desafíos, oportunidades y el estado actual del sector en Argentina.
Rentabilidad
Uno de los principales retos de la producción orgánica es su rentabilidad, especialmente para los pequeños productores. Aunque algunos productos, como las hortalizas que Del Pino cultiva en La Plata, tienen una alta demanda y pueden comercializarse con un sobreprecio, no todos los cultivos corren la misma suerte. En este sentido, la vicepresidenta de MAPO afirmó que, “es una inversión a largo plazo que tiene que apostar cada productor”.
El proceso de transición hacia la agricultura orgánica también es costoso y requiere un esfuerzo significativo. Actualmente, cada productor debe hacer esta inversión por su cuenta, lo que dificulta la expansión del sector. Por ello, MAPO está trabajando para que se reglamente y tenga presupuesto la ley de promoción que fue aprobada el año pasado. “Esperemos tener presupuesto para solventar lo que es el proceso de transición”, expresó Del Pino, destacando la importancia de contar con apoyo financiero para que más productores puedan adaptarse a las prácticas orgánicas.
En cuanto al tiempo que lleva adaptarse a la producción orgánica, Del Pino estimó que un productor podría hacerlo en dos años. Sin embargo, reconoció que cada tipo de cultivo tiene sus particularidades, y algunos podrían requerir más apoyo local para facilitar la transición. La yerba mate y el té, por ejemplo, son productos regionales que, en su opinión, necesitan un respaldo especial tanto para su comercialización como para superar los desafíos propios del proceso de conversión.
El Mercado
Pese a la difícil situación económica que atraviesa Argentina, la demanda de productos orgánicos continúa en aumento. Del Pino lo atribuye a una tendencia creciente entre los consumidores de buscar productos más saludables y sostenibles, aunque reconoce que aún existe una “demanda insatisfecha”. La recesión actual, según comenta, ha afectado al sector, pero los productos orgánicos mantienen un nicho de mercado que, aunque pequeño, sigue en expansión.
En este contexto, Del Pino destaca que los alimentos orgánicos representan una oportunidad que merece ser explorada y fortalecida. Aunque la producción orgánica sigue siendo una apuesta para los productores, la creciente demanda y la necesidad de diversificar la oferta hacen que el sector tenga un gran potencial de crecimiento.
Agilizar las certificaciones
Uno de los aspectos más complejos y costosos de la producción orgánica es la certificación. En Argentina, existen cinco empresas que se encargan de controlar y certificar los productos orgánicos, lo que garantiza su trazabilidad y cumplimiento con las normativas. Sin embargo, Del Pino advirtió que el proceso de certificación es “muy rigurosa en cuanto a registros” y puede ser una barrera para los pequeños productores, quienes muchas veces no pueden cumplir con los requisitos.
“Es un desafío importante lograr que la certificación sea más accesible”, afirmó Del Pino, sugiriendo que debería haber una mayor flexibilidad para que los pequeños productores puedan integrarse al sistema sin tener que afrontar tantos costos y trámites.
A pesar de los desafíos que enfrenta el sector, Mariana Del Pino se mostró optimista sobre el futuro de la agricultura orgánica en Argentina. La creciente demanda, el interés de las grandes industrias y el potencial para desarrollar mercados locales e internacionales hacen que el sector tenga un futuro prometedor.
Para que esto sea posible, argumentó que será fundamental seguir avanzando en la reglamentación y el financiamiento del proceso de transición, además de lograr una mayor flexibilidad en los procesos de certificación. Asimismo, del Pino subrayó la necesidad de seguir educando al público sobre los beneficios de los productos orgánicos y la importancia de consumir alimentos que respeten el medio ambiente y promuevan prácticas agrícolas sostenibles.