Para entender del alma su eternidad
debemos remontarnos a su divinidad
que a sí misma, en vidas, quiso experimentarse
alternando con estadíos astrales de aprendizaje
donde no existe juicio final alguno,
solo un rendir cuentas a Uno.
En un idioma que luego supe que era Irdín, en sueños en 2012, recibí: “Aramendi ataranud gurú, atud nero nad orbis”, cuyo significado es: rendir cuentas a tu alma, a tu propia alma.
El Irdín es un idioma sagrado que ocupa la Hermandad Blanca, nuestros hermanos estelares en tarea de hacernos recordar nuestra procedencia y en esa tarea fue que me hicieron entender de lo que bien explica la poesía, que somos Dios mismo experimentándose a través de Su fractal, como almas. Entonces, ¿cómo podría Dios juzgarse en un juicio “final”, siendo que el alma es eterna y a Sí mismo, puesto que es Dios?
El alma sale del Padre, como la parábola del hijo pródigo, a hacer su experiencia hasta llegar a la más densa dimensión física, que es esta tercera, en la cual pasa períodos de alternancia entre la 3D y la 4D, o plano astral, y en ambos planos aprende. En otro sueño vi a mi hermano recién fallecido como una oruga dentro de su capuchón colgado cabeza abajo balanceándose, yo le decía que baje y él, enojado, no me escuchaba y se balanceaba más fuerte, a los años lo vuelvo a soñar como un alumno con un cuadernito atendiendo a una clase y me dice, ahora estoy bien porque estoy aprendiendo.
En una clase de medicina cuántica, el profesor nos da una técnica para explotar parásitos astrales, recalcándonos que a los desencarnados que están en el bajo astral habitando un lugar físico o el cuerpo de una persona (de los que se los puede sacar, al igual que lo hacía Jesús), NO, porque son almas. A estas almas se las envía a la luz y van a ella solo si quieren, pues pueden preferir no hacerlo en el caso que tengan algo más que aprender en ese estadío de su conciencia, y que por eso no hay que molestar, con pedidos por ejemplo, a las personas queridas ya fallecidas a menos que se sepa que ya han pasado a dimensiones superiores.
Graciela del Carmen Zaimakis de Abraham
Escritora/ Escuela de Pensamiento
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