La sala Mandové Pedrozo se llenó de lágrimas, pero también de risas, porque el humor y la alegría fue la mejor forma de recordar a Fernando Rosa, ese humorista misionero que dejó su huella en todos los teatros y tablas que pisó con su enorme talento y comicidad.
En la noche de este jueves, el escenario del Mandové Pedrozo se bautizó como Fernando Rosa, ante una sala llena de familiares, amigos y colegas, que recordaron con emoción la eterna gira del humorista.
El escenario, ahora “Fernando Rosa”, estuvo ambientado con la tradicional vestimenta de “Rulo Espínola”, el recordado personaje que conquistó los corazones de todas las personas y que siempre estaba vestido con la camiseta de Paraguay, el clásico gorrito y tampoco faltó su famosa jarra de tereré de agua con cocú para aplicar el calor, cómo le gustaba describir en cada show.
En la ceremonia, emotiva por demás, hubo varios oradores, algunos desde arriba del escenario y otros desde abajo.
El homenaje mayor llegó sobre el final de la última obra familiar: un video de los mejores momentos de Rulo se vivió a través de una pantalla gigante, donde Fer contó cómo se formó a su personaje más conocido. “Es un hijo mío porque tiene mucho de mí e identifica a una cantidad de personas que la están luchando día a día”.
Nadie pudo evitar las sonrisas, pero tampoco el llanto. El recuerdo también llevó a los presentes a esa mágica noche del debut de Rulo Espínola en el 43º Festival del Litoral, lo que fue “un sueño cumplido”, porque se propuso llegar a actuar en esa fiesta, en el Anfiteatro Manuel Antonio Ramírez de Posadas. La emoción se apoderó de la sala teatral cuando Rulo fue la consagración del Festival 2015 y los aplausos no pararon de sonar en todo el Mandové.
“Si me recuerda con una sonrisa está todo bien”, pidió el humorista del litoral, ese que llevó su alegría y amor por todos los rincones teatrales.
El acto finalizó con el descubrimiento de la placa homenaje al humorista, y otra vez, las palmas estallaron la sala, mientras de fondo se escuchaban las risas de todos “sin quebranto” y en una obra “todo legal”, como esas frases que fueron un sello de Fernando en cada presentación y que ya son cotidianas en el diccionario misionero.
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