Todos pasamos por situaciones difíciles, momentos en que no podemos ver la luz, y solo la esperanza de que todo mejore y la determinación para hacer cosas, nos llevarán a un futuro mejor.
Cuando un problema aparece en nuestras vidas, muchas veces de forma inesperada, nos sacude, nos enfrenta a nuestros miedos, pero también nos regala la oportunidad de mirarlo con esperanza y afrontarlo con determinación.
La esperanza y la determinación son como los dos remos de una canoa, que nos permitirán alcanzar la orilla del frente sin hundirnos.
¿Cómo tener esperanza cuando todo parece imposible? Muchas veces no es tarea fácil, pero todo está en nosotros, en la manera de enfocar lo que nos pasa, y si miramos “el vaso medio lleno o el vaso medio vacío”.
Apoyarnos en lo que tenemos, en la fuerza de la oración, y actuar con determinación dando pasos adelante, haciendo todo lo que está a nuestro alcance, es la mejor fórmula. Son dos remos que permanente actúan para avanzar: “esperanza” y “determinación”.
Cuando hacemos cosas y no vemos pronto los resultados, actúa el remo de la “esperanza” y luego sigue el de la “determinación” accionando para que las cosas sucedan.
Esperanza y determinación es el equilibrio justo entre esperar que algo bueno suceda y hacer cosas para que eso ocurra.
Cuando nos mantenemos determinados, actuando con fe en que los resultados llegarán, la magia sucede. Y en el caso que los resultados no sean los esperados, aunque en el momento no podamos comprenderlo, es lo mejor para nuestro aprendizaje, y podemos quedarnos tranquilos que lo hemos dado todo.
Esperanza y determinación es lo que necesitamos colocar en nuestra mochila para realizar este viaje de la vida. Como dijo una vez Sebastian Darpa: “Si alguna vez deciden tatuarse algo, que sean las palabras Esperanza y Determinación”.
Natalia Moyano
Contadora con corazón de escritora
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