Édith Giovanna Gassion nació el 19 de diciembre de 1915. Ella misma solía decir que fue en la calle, debajo de un farol frente al número 72 de la calle Belleville, en un suburbio de París, donde hoy hay una placa conmemorativa. Sin embargo, existen dudas sobre este relato, ya que otro testimonio sitúa su nacimiento en el hospital Tenon.
Lo cierto es que su padre, el acróbata Louis Alphonse Gassion, para celebrar el nacimiento de su hija se emborrachó y abandonó a su madre, la cantante callejera Annetta Maillard, quien, al no poder cuidarla, la entregó a la abuela paterna, dueña de un prostíbulo en Normandía.
Luego de haber participado de la Primera Guerra Mundial, su padre se la llevó y lograron sobrevivir siendo artistas ambulantes en las calles parisinas. Allí Edith reveló su talento y su excepcional voz.
A los 14 años, decidió alejarse de su padre y comenzó a hacer su propio camino como cantante realizando presentaciones en los suburbios de París. En 1933, y con 17 años, tuvo con Louis Dupont su única hija, una niña llamada Marcelle, que murió de meningitis a los dos años.
Su vida cambió cuando, cantando en la calle, un transeúnte se paró a escucharla. Ese hombre resultó ser Louis Leplée, propietario de uno de los cabarets más conocidos de París quien la contrató de inmediato.
Su consagración definitiva llegó tras la Segunda Guerra Mundial, cuando se convirtió en la musa de poetas e intelectuales del París existencialista y se ganó la admiración incondicional del público.
Se hizo amiga de la actriz Marlene Dietrich y fue considerada la gran dama de la canción francesa, ayudando a compositores emergentes como Charles Aznavour o Georges Moustaki y relacionándose con intelectuales como el cineasta Jean Cocteau.
En 1946, viajó a Nueva York y conoció al amor de su vida, el boxeador Marcel Cerdán, quien murió tres años después al estrellarse el avión en que viajaba.
Fue, a la vez, la época de sus grandes éxitos: “La vie en rose” o “Les trois cloches”.
Tras un accidente, Edith quedó con problemas de salud y se hizo adicta a la morfina. Murió en Provenza el 10 de octubre de 1963, debido a un cáncer hepático, a los 47 años.
Más de 40 mil personas participaron del cortejo fúnebre para despedir al pequeño “gorrión francés”. Fue embalsamada antes de ser enterrada en el cementerio del Père-Lachaise junto a su padre y a su hija.
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