En Wanda, los vecinos del barrio Santa Elena manifestaron ayer su alegría porque, después de tres años y cuatro meses, de haberse loteado ese barrio donde hoy residen cien familias, la Municipalidad y la Cooperativa de Agua instalaron este lunes y martes doce medidores de agua corriente, con canillas públicas en cada una de las manzanas de las dos calles principales.
Se trata de una solución paliativa hasta que el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (IPRODHA) cumpla con lo dispuesto en el convenio firmado en 2021 con la Municipalidad a través del cual el Instituto otorgó a la comuna un aporte reintegrable para la compra del terreno y se comprometió a entregar los materiales necesarios para la ejecución de las redes internas de provisión de los servicios de agua potable y electricidad.
Según confirmó el actual director del IPRODHA, Carlos Pereira, a PRIMERA EDICIÓN, hay intenciones de encontrar una solución para mejorar la calidad de vida de estos vecinos, “pero lo haremos por etapas, en forma escalonada, es un terreno muy grande, con viviendas dispersas y es imposible hacer de una sola vez toda la inversión”, explicó.
Doce canillas públicas
Según contó el presidente de la comisión barrial a PRIMERA EDICIÓN, Nelson Chávez, “este lunes nos reunimos con la intendente Ingrid Faccio y el gerente de la cooperativa de servicios Diego Jerkovich y nos dijeron que pudieron conseguir los caños para instalar una canilla pública por manzana en las dos calles principales del barrio. En una de esas calles nos dejaron seis medidores y otros seis en la otra. En cada medidor, se instaló una canilla pública por lo que el barrio cuenta ahora con doce canillas públicas. Estamos gratamente sorprendidos porque ahora será más fácil acceder al agua potable para los vecinos, después de haber esperado tres años y cuatro meses”, destacó.
Los vecinos de cada manzana tendrán que organizarse para pagar los 140.000 pesos por la conexión de cada canilla y su correspondiente medidor. Además, cada medidor tiene un encargado que juntará el dinero del consumo mensual que figure en cada factura de luz para ir a pagar a la cooperativa. Es que, si bien es una canilla pública, se medirá el consumo y los vecinos que comparten el medidor dividirán el gasto del servicio en forma mensual.
“Nos explicaron que no es una solución definitiva, pero es un paliativo hasta que el IPRODHA ponga los elementos para poder hacer la instalación interna de agua corriente”, destacó Chávez.
Merendero
Ahora el merendero del barrio tendrá acceso a una canilla pública a muy pocos metros por lo que facilitará la preparación de los alimentos para los 50 niños que asisten diariamente.
“Le pedimos al viceintendente que nos facilite unos tambores para poder almacenar agua porque estamos llegando al verano, cuando aumentan los cortes de electricidad y por ende también de agua”, contó.
Según indicó Chávez, “hasta ahora, las encargadas del merendero tenían que acarrear el agua desde el arroyo o la única canilla pública que teníamos, ahora será mucho más sencillo”.
Servicio de electricidad
También se reunieron con el gerente local de EMSA, Marcial Vera, “nos explicó que ellos no pueden entrar a trabajar al barrio por el convenio, pero están a disposición a hacer la instalación en caso que el IPRODHA mande los materiales para hacer la instalación. Nos dijo que los transformadores que tienen están pedidos para otros barrios y se podría avanzar mucho si el IPRODHA mandara un transformador y los cables para poder hacer la instalación a las familias que ya están viviendo en el barrio”, contó.
En este contexto, Chávez pidió al IPRODHA en nombre de todos los vecinos “que agilice la provisión del transformador y los cables para nuestro barrio. Hace tres años nosotros hicimos una conexión por nuestra cuenta, muy precaria, compramos cables, pusimos postes que ya están podridos porque no estaban curados y no tenemos manera de reemplazarlos. La verdad es que tenemos miedo que se caigan porque se sacuden con las tormentas fuertes”, admitió.