Los casi 252.700 pesos que van a cobrar los jubilados de la mínima por su liquidación de octubre están 2% por debajo de lo que percibieron en el mismo mes del año pasado. Y si se comparan los salarios de bolsillo, que incluye el ya muy licuado bono de 70.000 pesos, entre ambos períodos la caída será de aproximadamente 17,5%.
Totalizados, los 322.700 pesos que van a recibir representan apenas un tercio del valor de la canasta de los jubilados que, a los alimentos y los rubros más comunes, agrega el componente de los medicamentos.
Nadie en este país debería olvidarlos mientras se celebra a mansalva las formidables ganancias que obtienen, por ejemplo, las empresas energéticas bajo el pretexto de pagar lo que realmente vale la energía.
Cada 100 pesos de ajuste, 25 aproximadamente lo aportaron los jubilados y, dentro de ese universo, los más perjudicados siguen siendo los de la mínima. Lo peor de todo es que, a juzgar por lo expresado en el Presupuesto 2025, el Gobierno no considera cambiar el futuro de ese sector de la población.
Al contrario, lo que se presume posible es el empeoramiento de la calidad de vida de ese segmento social que ya comenzó a desatender los tratamientos médicos o a padecer inseguridad alimentaria por falta de dinero.