“Qué no hice por Racing”, sentenció Matías Salas, presidente de la filial Misiones “Humberto Bocha Maschio”, del Racing Club de Avellaneda, al regreso de la Ciudad de Buenos Aires, donde vio clasificar al club de sus amores para la final de la Copa Sudamericana que se jugará en Asunción (Paraguay), donde enfrentará al brasileño Cruzeiro.
El partido el sábado 23 de noviembre en el estadio General Pablo Rojas, más conocido como La Nueva Olla. Y son miles de hinchas fanáticos como Matías que quieren estar en las plateas para alentar a su equipo y poder festejar el posible campeonato.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones y canal 9 Norte Misionero, Salas explicó lo mucho que hizo y estaría dispuesto a hacer con tal de viajar, teniendo en cuenta la ubicación de Misiones con el Paraguay y la disponibilidad de traslados, a diferencia de seguidores de Racing de otros puntos del país.
En ese sentido, primero recordó una anécdota familiar: “En 2014, cuando salimos campeones, mi abuelo me había regalado un celular cuando recién salieron los teléfonos inteligentes. Valía una fortuna, llevaba seis meses sin cobrar el sueldo y no me importó nada: después de tres días de tener el teléfono lo vendí, fui a ver el partido contra River, quedamos punteros por el gol en contra de Funes Mori. Y después contra Godoy Cruz que salimos campeones”, relató Matías Salas.
Advirtió que para llegar a Asunción, donde se espera mucha presencia misionera, “hace poco me compré una moto y si es necesario la vendo para poder viajar, no me interesa nada”.
Es que el fanatismo es tal, que no se mide con la razón. El titular de la filial Misiones de Racing dijo que, por suerte, tienen apoyo de sus seres queridos.
“Siempre detrás de Racing debe haber una mujer o un hombre para los hinchas, que apoye la pasión. Yo tengo a mi novia que me apoya en todo y a muchos hinchas les pasa igual. Para que te des una idea de lo que representa Racing para nosotros: entramos a la cancha, nos emocionamos y nos largamos a llorar. Se te eriza la piel, quedás afónico”.
En el caso del reciente viaje al “Cilindro de Avellaneda”, donde Racing convocó a más de 50 mil personas, para el partido contra el Corinthians, Matías fue con una veintena de misioneros.
“No tengo manera de explicar lo que vivimos todos los hinchas de la Filial de Misiones que viajamos a ver el partido. Fue algo mágico”, afirmó. Luego, reveló que hace dos semanas tuvo un pico de presión. “El doctor me dijo que no vaya a la cancha, que no viajara, que me quede tranquilo y no haga nada. Prefiero morirme en la cancha”, sostuvo este fanático de Racing.
Matías, que se autodenominó como “un enfermo de las cábalas”, recordó que “la estadística nos dice que nuestro último torneo internacional fue justamente contra Cruzeiro, que ganamos la final de la Supercopa del 1988, donde uno de los jugadores y el emblema del equipo, era Gustavo Costas, quien ahora es nuestro técnico. Son cositas que nos dan esperanza y nos llenan de ilusiones”.