“El comercio es el alma de los pueblos”, decía Manuel Belgrano. Desde hace muchos siglos, el comercio es la actividad que permite el intercambio de bienes y servicios entre los productores y consumidores, algo básico para toda la sociedad.
Belgrano, como abogado experto en Economía Política y Derecho, siempre bregó con convicción para conseguir la apertura del puerto de Buenos Aires, coincidiendo con los reclamos de los ganaderos y agricultores que perseguían la libertad para comerciar con sus productos, en oposición al crudo realismo de un monopolio anacrónico existente y a un gobierno colonial absolutista.
Como secretario del Consulado desde 1794, Belgrano presentó un proyecto provisional respaldando aquellas inquietudes, trascendente iniciativa que los pequeños grupos de comerciantes monopolistas atacaron de inmediato, con la habilidad de sacar el problema del trámite puramente administrativo, para colocarlo en el terreno doctrinario. Así lo comprendieron los hacendados, que encomendaron al destacado patriota Mariano Moreno la tarea de refutarles.
Este último, con su alegato conocido bajo el título de “Representación de los hacendados”, impuso un vuelco total a las controversias y el 6 de noviembre de 1809, la Junta Consultiva convocada por el Virrey aprobaba el comercio directo con los aliados y neutrales en el Río de la Plata. Es por este motivo que en esa fecha de cada año se conmemore el Día Nacional del Comercio.
Fuente: FADECO