Recordemos que nuestras limitaciones no son más que velos que ocultan la inmensidad de nuestro ser. Cada miedo, cada duda, cada sombra del ego que nos confunde no es sino una ilusión pasajera. La verdadera esencia de nuestro ser es divina, pura y luminosa; es el Ser Crístico que habita en lo más profundo de nuestro corazón, esperando ser despertado.
La trascendencia del ego no es una batalla contra él, sino un acto de amor hacia nosotros mismos. Al mirar más allá de las capas de nuestro ser, descubrimos que somos los creadores de nuestra propia realidad y que ese poder de creación proviene de la misma fuente que da vida al universo entero.
Asumir esta verdad es recordar que estamos conectados con todo lo que es, que somos uno con la Consciencia Divina que lo impregna todo.
Hoy es un día para volver a nuestro centro, reconociendo que nuestras limitaciones son el portal hacia nuestra libertad más profunda.
Al liberar las cadenas del ego, reconocemos nuestra verdadera identidad como seres divinos. Nos permitimos fluir con la vida, siendo conscientes de que nuestra esencia crística nos guía hacia la expansión, hacia el amor incondicional y hacia la plena realización de nuestro propósito, recordando que somos parte de un misterio divino que late en cada rincón del universo.
Cada latido de nuestro corazón es un eco de esa verdad sagrada, pues lo divino habita en nosotros y en todo lo que nos rodea. La luz del sol, el susurro del viento y el cielo infinito son reflejos de la belleza y la grandeza que llevamos dentro.
Al reconocer nuestra naturaleza divina, no solo transformamos nuestra vida, sino que también elevamos la vibración del universo entero, pues en la quietud de nuestra alma podemos sentir el pulso del cosmos y comprender que no somos simples espectadores, sino co-creadores de la gran danza universal y recordar que lo sagrado no está en un lugar lejano, sino en cada respiración, en cada mirada, en cada latido.
Que este día sea un homenaje a la belleza del ser y un recordatorio de que estamos profundamente conectados con el amor infinito que nos rodea y nos guía siempre. Caminemos entonces con gratitud y con la certeza de que cada paso es una danza con la tierra y el cielo. Somos portadores de luz, creadores de paz y en cada gesto sencillo, manifestamos la presencia del todo.
Somos luz, somos amor, somos conciencia infinita. Qué el sagrado Sol siga alumbrando tus pasos. 💖
Karina Holoveski
Mujer Medicina-Chamana.
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