En el país, una práctica habitual es iniciar el consumo de alcohol ya en la adolescencia. Incluso, un estudio reciente reveló que más del 70% de los chicos ya probó alguna bebida antes de los 15 años. Por otra parte, al acercarse el Fin de Año, aparece el riesgo de los excesos en bebidas durante los festejos y pueden darse importantes daños en el organismo, sobre todo en los más jóvenes y las mujeres.
El especialista en gastroenterología y hepatología, Fernando Barreyro, dialogó al respecto en FM 89.3 Santa María de las Misiones y explicó que el alcohol en el cuerpo “lamentablemente no tiene ningún efecto beneficioso”.
Aclaró que afortunadamente la mayoría de la gente no consume alcohol a diario, pero sí suelen hacerlo de forma episódica: “Los fines de semana se juntan a comer un asado, ver fútbol y ahí aparece el alcohol”, agregó. En ello, mencionó que el exceso “es muy común en gente joven -y no tan joven- este consumo que hoy es el más frecuente”.
Barreyro alertó que ya dejó de ser algo “recreativo”, porque el exceso de alcohol episódico “acarrea un peligro en la salud” por la cantidad que puede ingerirse en poco tiempo y “tiene un impacto en enfermedades hepáticas, incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares y sobre todo de ACV”.
El doctor precisó que un problema en el hígado “habitualmente no da síntomas como dolor, porque las enfermedades hepáticas generalmente son silenciosas” e incluso gente asintomática se ha encontrado con este tipo de afecciones en los controles. Más allá de esto, mencionó que las dolencias ya aparecen en un estadio avanzado.
Asimismo, señaló que en las mujeres “para que se genere un daño hepático se necesita menos dosis de alcohol”. A nivel social, aseguró que hoy en día iguala al hombre en el nivel de consumo, con un doble riesgo al tener menos tolerancia a un daño fisiológico.
Entre las prácticas actuales entre amigos, el “tercer tiempo” también es un momento al que se necesita prestar atención porque “no solamente está el alcohol, sino la gran ingesta de alimentos ricos en calorías”. Por ello, recomendó los deportes, cuidarse y no caer en excesos.
En cuanto al consumo de alcohol en menores, indicó que en la provincia está prohibido venderles, pero “tenemos que educar a los adultos para que no den bebidas alcohólicas a los chicos”. Además, comentó la importancia de la educación en el hogar, donde muchos aprenden por ejemplo de sus padres.
Con los más jóvenes también aparecen los tragos, como mezclas con energizantes, que “generalmente son bebidas ricas en cafeína y azúcar”. Ese tipo de situaciones pueden generar daños y abre la posibilidad de otro tipo de desinhibidores, como la ingesta de sustancias.
Recordó la importancia de un consumo moderado de alcohol y limitar no pasarse, porque a pesar de tomar poco “sabemos que no tiene efectos beneficiosos”, sumado a que es riesgoso a la hora de realizar otras actividades como manejar un vehículo.
En cuanto a daños más severos, detalló que de cada 100 personas que toman alcohol de forma excesiva, solo un 30 a 40% desarrollan cirrosis. De tal forma, no todas reaccionan de la misma manera: “hay estudios de cómo se metaboliza el alcohol en el cuerpo, valores agregados, tipo de alimentación…”.
Sumado a esto, está el riesgo de acelerar la evolución de otras enfermedades, como el hígado graso o falla hepática previa, junto con patologías oncológicas donde “se potencian en aquel que fuma y toma alcohol”, añadió Barreyro.
A su vez, lamentó que, a pesar de todas las campañas sanitarias vigentes, existen pocas acciones directas para prevención del alcohol.