Tras permanecer prófugo durante poco más de cuatro años acusado por el abuso sexual a una joven de 19 años, Hernán Gabriel Mareco (28) se presentó el lunes en el Juzgado de Instrucción que subroga el juez de Puerto Rico, Leonardo Manuel Balanda Gómez y ayer se abstuvo de declarar en indagatoria y continuará detenido mientras el proceso, que ya tiene a su amigo Néstor Gian Lucas Galarza (25) acusado y en trámite de ser juzgado por el Tribunal Penal 2 de Posadas, se desarrolla con las pericias y medidas de rigor.
El abogado defensor de Mareco, Pablo Bernie, solicitó antes de aconsejar a su ahijado legal que guarde silencio y no responda sobre la acusación por el delito agravado contra la integridad sexual que enfrenta, que se le otorgue el beneficio de la excarcelación bajo caución juratoria o real. En cuanto a la fianza ofreció el título de propiedad de la progenitora del encartado.
Se identificó como productor yerbatero con registro en la actividad en el Instituto Nacional de la Yerna Mate y será el juez Balanda Gómez quien determine su excarcelación o no.
Vale remarcar que fue buscado durante poco más de tres años, desde el 6 de septiembre de 2020 cuando fue denunciado -junto a su amigo hoy en libertad supeditada- como autores de “abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos personas”.
No obstante, en su solicitud de liberación, resalta que no interferiría en la vida diaria de la víctima porque ella reside en una localidad próxima a Jardín América (que menciona en el escrito con precisión, pero que este medio se reserva publicar por su seguridad). Es decir, el acusado sabe dónde reside la denunciante.
Fuentes judiciales con peso institucional consultadas por PRIMERA EDICIÓN, remarcaron que otorgarle la excarcelación luego de haberse profugado durante tanto tiempo, más la gravedad del delito que se le imputa y la zona de frontera, sería “imprudente y hasta revictimizante para la denunciante”.
La víctima en la Comisaría de la Mujer de la Unidad Regional IX en Jardín América, relató que fue abusada sexualmente por dos jóvenes que conocía y quienes se habrían ofrecido llevarla a su departamento, pero en el camino se sospecha que la intoxicaron hasta perder el conocimiento y la golpearon.
Señaló que con una amiga habían concurrido a un pub de Jardín habilitado esa madrugada hasta las 3 porque regía el protocolo de la pandemia COVID-19 y que los jóvenes, Mareco y Galarza, en el automóvil de uno de ellos las llevaron hasta una vivienda donde se desplegó una fiesta no autorizada.
Siempre siguiendo la denuncia y preservando detalles inherentes a la identidad de la víctima, ésta manifestó que comenzó a sentirse mal, descompuesta y que le pidió al mismo joven que condujo el automóvil hasta ese lugar, que la llevara a su departamento. En el trayecto habría perdido el conocimiento y cuando se despertó se descubrió en su cama, con dolores de golpes recibidos, desnuda y con su inmueble desordenado.
Resaltó que no recordaba nada de lo sucedido y que se bañó, para luego buscar asesoramiento y atemorizada recurrir a la dependencia de la Unidad Regional XI.
Los estudios médicos recogieron pruebas y evidencias de lesiones compatibles con una violación o abuso.
También declaró en su presentación policial que, de manera consentida no tuvo relaciones sexuales con estos jóvenes, y que solo recordaba que quería ir a su departamento porque se encontraba descompuesta. Esto último se lo habría recordado una amiga, a quien llamó apenas recobró el conocimiento y le apuntaló los detalles.