Corea del Norte y Corea del Sur viven momentos críticos de las tensiones entre ambos, que los lleva a desplegar estrategias inéditas en su histórico enfrentamiento. El régimen de Kim Jong-un comenzó a utilizar el ruido como herramienta de desestabilización emocional en las comunidades surcoreanas cercanas a la frontera.
Desde julio, Kim Jong-un emite sonidos “insoportables y amenazantes” durante las 24 horas del día en zonas limítrofes, reemplazando las antiguas transmisiones de propaganda política, comentó el portal Canal 26. Esto estaría enmarcado dentro de una nueva estrategia de “guerra psicológica” contra Corea del Sur.
Según testimonios recogidos por el New York Times, estos ruidos “propios de películas de terror” como describen los afectados, comenzaron desde el mes de julio y cambió la vida de los habitantes de Dangsan, una pequeña localidad agrícola al sur de la frontera ubicada a solo un kilómetro del Norte.
La comunidad, compuesta en su mayoría por personas mayores, reportó padecer de insomnio, ansiedad y dolores de cabeza como consecuencia de esta contaminación acústica. Incluso los animales, como cabras y gallinas, sufrieron problemas de salud.
Aunque el gobierno surcoreano intentó mitigar el impacto con medidas como la entrega de ventanas de doble panel, los residentes consideran estas acciones como insuficientes.
Una táctica antigua
El uso de emisiones sonoras no es nuevo en la península coreana. Desde la década de 1960, ambas Coreas recurrieron a altavoces para transmitir mensajes propagandísticos. Sin embargo, el enfoque actual de Corea del Norte, con sonidos descritos como “deshumanizantes y amenazantes”, representa una intensificación de esta práctica con claros fines psicológicos.
Seúl, por su parte, retomó la difusión de música K-pop y noticias dirigidas a los ciudadanos norcoreanos, una medida que había suspendido en 2018. Esto, sumado al aumento de ejercicios militares conjuntos con Estados Unidos y Japón, agravaron la frágil situación en la región.
Sin embargo, el ruido es solo una pieza más en un tablero geopolítico cada vez más complejo. Corea del Norte también adoptó otras medidas, como interferir en señales de GPS y demoler infraestructuras que conectaban a ambos países, además de incluir a Corea del Sur como enemigo en su constitución.
Por su parte, el gobierno surcoreano liderado por Yoon Suk-yeol intensificó y ratificó su postura defensiva, reafirmando su alianza con Estados Unidos y Japón, mientras fomenta la propagación de información hacia el Norte para debilitar el control totalitario de Kim.
En cuanto a los habitantes de Dangsan, que apenas llegan a ser 400 personas, exigieron en reiteradas ocasiones que el gobierno de Yoon detenga sus propias transmisiones para intentar aliviar las tensiones. No obstante, las autoridades no presentaron aún un plan concreto para resolver el problema.