Se cumple hoy un nuevo aniversario de la desaparición física de Ramón De Los Ángeles Villalba, más conocido en las canchas posadeñas como “Kiko”, recordado formador de varias generaciones del fútbol de Posadas.
Son ni más ni menos que 22 años desde que el fundador del mítico equipo Aguiluchos partió del plano terrenal, aunque su recuerdo sigue presente en la sonrisa de varios hoy exjugadores de fútbol, quienes lo recuerdan con cariño.
“Tenía 71 años cuando falleció, tras pelearle a la diabetes. En sus últimos momentos, quienes habían sido sus jugadores venían a visitarlo a casa y él se ponía a llorar. ‘Esto no se lo deseo ni a mi peor enemigo’, decía”, relató tiempo atrás a EL DEPORTIVO uno de los hijos de “Kiko”, Fabián.
Villalba hacía trabajos de herrería artística en su taller, ubicado en Eugenio Ramírez y Coronel Álvarez, en el corazón de Villa Sarita. Tras el Mundial de 1978 y el furor por la consagración de la Selección Argentina, decidió volcarse al fútbol infantil, motivado por rescatar a los chicos del barrio de los malos hábitos.
“Así nació Aguiluchos, el primer equipo de papá, conformado por chicos del barrio. Enseguida empezó a ganar notoriedad en los torneos infantiles, al punto que cuando llegó ‘Tono’ Pérez como presidente de Guaraní, resolvió llevar a mi viejo a trabajar en el club”, relató Fabián.
De esa escuelita de La Franja surgieron players como Sergio Sosa, Dani Garay o Jacinto Lezcano, por mencionar solo algunos. “Ese fue el inicio de una historia de muchos éxitos”, recuerda Fabián, quien reconoce que aún siente la ausencia de su padre, como tantos jugadores posadeños: “Hoy lo recuerdo con mucho cariño, por los consejos y por el ejemplo de persona que era”, sintetizó.
Una de las anécdotas más recordadas tiene que ver con la camioneta naranja con la que Villalba trasladaba a sus equipos a las distintas canchas posadeñas durante los fines de semana. “Me iba a buscar a Villa Blosset en su camioneta naranja, es un recuerdo que todavía tengo grabado”, cerró el propio Sergio Sosa.