Marisol Fracalossi se convirtió formalmente este martes en la primera mujer en ser elegida como directora titular por los productores en el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). Lo que debería ser un motivo de celebración se ve opacado por la crisis que atraviesa el sector primario a raíz de la desregulación impulsada por el Gobierno nacional, que le quitó a ese organismo la facultad de fijar precios de referencia y hace un año no nombra un presidente que permita normalizar la situación.
En su primera aparición tras ser electa, y desde su chacra en Concepción de la Sierra, la flamante dirigente explicó que había una necesidad de un cambio en la conducción del organismo y cuestionó la actuación de sus antecesores.
“Se necesitaba un recambio, porque en estos últimos años, al haberse repetido la figura de los directivos, había bastante disconformidad. Hay que recuperar una confianza que se perdió y fortalecer el INYM”, señaló en diálogo con 89.3 FM Santa María de las Misiones y Canal 9 Norte Misionero.
Cabe señalar que Fracalossi es integrante de la Asociación Civil, Agrícola, Ganadera y Forestal de la Zona Sur (AAGyFSUR). Junto a ella, los otros dos directores elegidos hoy fueron Jorge Haddad del Centro Agrario Yerbatero Argentino (CAYA) y Antonio França del Centro Agrario Yerbatero Argentino (CAYA).
Los tres reemplazarán a Marcelo Hacklander y a Nelson Dalcomo; este último que actualmente es el “presidente temporal” del organismo, aunque dicha función no es reconocida por la industria y Corrientes que componen el directorio.

Los dos directores salientes habían sido electos junto a Jonas Petterson, aunque este último fue expulsado el año pasado en medio de una feroz interna con Dalcolmo.
En ese contexto, Fracalossi hizo un balance crítico de todo lo que ocurrió durante el 2023. “Hubo, en un principio, un mandato propicio para el sector, pero después cambiaron las reglas y hubo un mal manejo con la presidencia. Eso generó grandes conflictos, como que Corrientes se retirara de la mesa de discusión. Fue más una lucha de poder que pensar en el productor”, expresó.
Por todo ello, remarcó que la producción enfrenta una situación de extrema complejidad, agravada por el desacuerdo entre distintos actores.
“En algunos sectores hay unión, pero no así en la parte productiva. La única forma de salir adelante es uniéndonos y logrando un buen objetivo entre todos”, afirmó.
En cuanto al estado actual del instituto, señaló que, aunque tiene el potencial para ser una herramienta efectiva, enfrenta un deterioro significativo.
“El INYM tiene todas las herramientas para hacer una buena institución y una buena herramienta para el productor. Hay que ubicar cada uno de los distintos sectores, encaminarlos, y lograr el apoyo de todos porque es la cadena la que tiene que funcionar”, detalló.
Em ese sentido, remarcó la necesidad de abrir el diálogo con todas las asociaciones y actores involucrados.
“Tenemos que hacer mesas de diálogo para fijar posiciones y nutrirnos con las distintas opiniones(…) Hoy el mercado lo maneja la industria, pero si no funciona uno de los eslabones de la cadena, no funciona nada. La clave está en trabajar juntos”, destacó.
En cuanto al futuro del INYM, anticipó en que insistirán para que el Gobierno nacional designe un presidente al frente de la entidad.
Apoyo al paro
Fracalossi no evitó referirse a la crítica situación que enfrentan los pequeños productores debido a los bajos precios y los pagos diferidos. “Los valores que se manejan están muy por debajo de un costo razonable. Además, los pagos vienen estirados a 30, 40, 60 y hasta 90 días, lo que complica bastante”, detalló.
En cuanto al reciente paro yerbatero, manifestó su apoyo: “Tenemos que buscar una manera de fijar nuestra posición como dueños de la materia prima, pero las situaciones son distintas según el tipo de colono. No podemos exigir que no cosechen si no les damos otras alternativas”.
Con respecto a los recursos del INYM, Fracalossi expresó cautela: “Lo que escuché es que hay dinero, pero una vez que asumamos, tenemos que ver cómo asignamos ese presupuesto”. Su objetivo, asegura, es devolverle al instituto su rol central en la regulación del sector.