Son muchos los pueblos que se han desarrollado a orillas del mar, en artículos anteriores hablábamos de los Garífunas, quienes poseen un fuerte fundamento para hablar de libertad y esclavitud, donde sobre la mesa se sopesa las nociones mas contrapuestas que nuestra especie osó entrometerse, quizás por el miedo y desconocimiento. Hacer creer a una cultura que no son dignos de su libertad. Hacerle creer a alguien que es propiedad de otro, aberración tan grande que lastima la razón, el corazón y por supuesto la identidad.
Desarrollarnos al lado del mar como especie, puede traer mucho entendimiento y apertura, entendimiento que amplia la visión. El agua de mar está constituida por algas, zooplancton, fitoplancton, barro, arena, además de compuestos químicos como cloro, sodio, magnesio, calcio, potasio, bromo, estroncio, boro y flúor principalmente. Además, al agua de mar se la clasifica como nutriente porque contiene carbohidratos, grasas, proteínas, hidrógeno y manganeso.
Los Garífunas, ante la última crisis planetaria a nivel salud (Coronavirus 2020), junto con la Organización Fraternal Negra Hondureña diseñaron y lanzaron “Medicina Ancentral Garífuna. Alterativas para combatir el Coronavirus”, de manera libre y gratuita, allí exponen sus artes culturales, culinarias y mencionan cómo debe consumirse el agua de mar.
En sus comunidades, cuando algún miembro de la comunidad sale a pescar, no solo vuelve con peces, sino que también con varios galones de agua de mar adentro, todo se reparte entre los miembros de la familia, de la comunidad y luego si queda algún excedente puede que se comercialice con personas que no pertenezcan a la comunidad.
El agua de mar posee fines terapéuticos y gastronómicos. La utilizan para el lavado de la yuca para cocinar Casabe o para la cocción de las musáceas para la elaboración de la Machuca.
Hoy en día se sabe que el agua de mar contiene alrededor de 83 elementos biodisponibles en los 118 elementos de la tabla periódica.
La manera de ingerir agua de mar es variada y debe ajustarse a los fines que cada persona busca, puede ingerir combinada con agua dulce, con limón o combinada con otras frutas.
También puede usarse como enjuague bucal, de heridas, contra el mal aliento combinada con vainilla negra, o enjuague preventivo contra virus y bacterias cuando se combina con limón, jengibre y ajo.
En otro orden, pero siempre como antiséptico los Garífunas recomiendan el uso del agua de mar junto el Gífiti, bebida típica y específica de su cultura. Fabricado con semillas y raíces, el cual fermenta y sirve también para rituales.
Estar bien y estar mejor requiere caminar al ritmo de la naturaleza, porque ese el ritmo que nos vio nacer y será el ritmo que nos verá partir, después de nosotros las semillas seguirán germinado y las raíces profundizando en la tierra, arraigándola.
¿Y nosotros? Los que no somos Garífunas, ¿tenemos rituales que nos conecten con la naturaleza? ¿somos conscientes cuando consumimos, los alimentos que consumimos, de dónde vienen y cómo inciden en nuestro cuerpo? ¿trabajan sobre nuestra identidad, libertar, crecimiento, responsabilidad, conexión con la tierra?
Desde la Ecosanación tenemos el compromiso de abrirnos a estos conocimientos, en amor y en respeto. Hasta un próximo encuentro.
Anahí Fleck
Magister en Neuropsicología. 0376-154-385152