El caso de la desaparición de María Cash, ocurrido el 8 de julio de 2011, dio un giro significativo en la investigación del camionero Héctor Romero, acusado en la causa. La Justicia salteña investiga si Romero regresó un mes después al lugar donde supuestamente arrojó el cuerpo de la joven.
Sucede que el análisis de las antenas telefónicas ha situado a Romero en un lugar específico durante más de una hora, coincidiendo con su trayecto después de llevar a María.
Fuentes judiciales han revelado que “el día que se cumplía un mes de la desaparición de María Cash, la línea (teléfono celular) de Romero se detuvo, de acuerdo al impacto de antenas, durante aproximadamente 1 hora y 20 minutos, en la zona de la ruta 16 ubicada en la localidad de El Tunal”. Este patrón se repite con otro detalle inquietante: “En esta ocasión, se observa por segunda vez… una ruptura en el patrón de conducta de Romero”. Estas incongruencias han llevado a los investigadores a cuestionar su versión sobre los hechos.
El testimonio del testigo René Torres ha sido fundamental en la investigación. Torres afirmó haber visto a una mujer haciendo dedo al costado de la ruta, describiéndola como “que vestía pantalón crema sucio, pullover color rosado… al parecer estaba asustada”. Según su relato, fue recogida por “un camión Mercedes Benz blanco con acoplado con la leyenda en la parte posterior CATITA”.
El fiscal general Eduardo Villalba destacó que Romero fue identificado gracias a este testimonio y que su declaración inicial no fue resultado de su voluntad para colaborar: “no se produjo porque él haya decidido colaborar con la investigación”. Asimismo, las contradicciones en las declaraciones de Romero también han sido evidentes.
Entre las pruebas, el peritaje ordenado en su teléfono celular reveló que “él arribó a esa localidad a 18:42 y emprendió regreso a las 21:07”, generando así “dos ventanas de tiempo que rompen su patrón de conducta”.
Durante una conversación entre Romero y Gustavo Lemos, se evidenció una preocupación por lo que debía declarar ante la Justicia. En un momento, Lemos comentó: “Pero que raro que salte lo mío ahí…”, a lo que Romero respondió: “No tenés que inventar nada… porque te vas a perjudicar después solo”.
La intervención judicial ha incluido el análisis del teléfono celular de Romero, cuya defensa solicitó prisión domiciliaria debido a su edad (71) y estado de salud. Sin embargo, las evidencias obtenidas hasta ahora, incluyendo las ubicaciones de las antenas y los horarios incongruentes, han complicado aún más su situación.
El fiscal Villalba planteó una hipótesis en la cual Romero podría haber matado a María Cash “en un estado de indefensión” y luego desechado su cuerpo. La búsqueda del cuerpo continúa mientras las pruebas apuntan cada vez más hacia el camionero como el principal sospechoso en este caso abierto desde hace más de una década.
Fuente: Agencia de Noticias NA