La aerolínea low cost Flybondi continúa acumulando críticas debido a sus constantes cancelaciones y demoras, afectando a miles de pasajeros y generando un impacto negativo en la industria del turismo. Solo el último fin de semana, la compañía reprogramó más de 70 vuelos, dejando varadas a más de 12.000 personas.
Según datos extraoficiales, solo en noviembre se cancelaron 140 vuelos. Este martes 3/12 también hubo cancelaciones
El panorama de este lunes no fue diferente. En el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, Flybondi canceló dos vuelos y presentó demoras en otros dos. En Aeroparque, la situación fue aún más crítica: cancelaciones hacia Iguazú y Posadas, y retrasos significativos en rutas a Corrientes, Santiago del Estero, Mendoza, Neuquén, Tucumán e Iguazú. Estas interrupciones provocaron largas filas de pasajeros en las terminales, desbordando la capacidad de atención.
Desde Flybondi, las explicaciones han sido escuetas. Alegan “cuestiones operativas vinculadas a la disponibilidad de flota” como la principal causa de las cancelaciones. Sin embargo, los problemas técnicos en su flota y las fallas mecánicas reportadas desde sus inicios han despertado dudas sobre el mantenimiento adecuado de sus aviones. A esto se suma una atención al cliente deficiente, demoras en la entrega de equipajes y falta de información sobre incidentes.
Este martes 3/12 también hubo cancelaciones
Tal como ocurrieron estos últimos dos días, los vuelos que debían salir de Buenos Aires hacia Posadas fueron reprogramados y cancelados al igual que los que salían desde la tierra colorada a la capital nacional. Incluso el de mañana miércoles 4/12 también figuran en la web de Flybondi como reprogramados.
Sanciones en el horizonte
La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) emitió tres actas de infracción a Flybondi por incumplimientos en la normativa aérea. Aunque hasta el momento no se han impuesto sanciones económicas definitivas, la acumulación de infracciones podría derivar en multas significativas para la aerolínea.
Mientras Flybondi se consolida como líder en cancelaciones y demoras, la incertidumbre y la desconfianza entre los usuarios crecen. La situación plantea una pregunta inevitable: ¿puede la aerolínea sostener su modelo low cost sin comprometer la calidad y seguridad del servicio?.