La familia Wall-Yatzki celebra este año los cien años de la llegada de sus antepasados, que se establecieron en la Colonia Yerbal Viejo, actual Oberá, donde se dedicaron a la agricultura, y participaron en diferentes tareas y actividades sociales.
Aquí la historia se inició en diciembre del año 1924 cuando don Francisco Wall (austríaco) y doña Paulina Yatzki (húngara) llegaron a la zona junto a sus ocho hijos: María, Ana, Sofía, Miguel, José, Carlos, Francisco y Juan, y se asentaron en lo que hoy se conoce como 100 Hectáreas.
De acuerdo a lo relatado por Agustín Wall, tataranieto del matrimonio, Francisco era oriundo de Salzburgo, Austria, y cumplía tareas en un barco que venía hacia América, donde conoció a Paulina, que nació en Hungría -actual Rumania.
Cuando llegaron a la Argentina, Wall, decidió quedarse y se asentó primero en el sur de la provincia de Buenos Aires. Allí nacieron los hijos y a comienzos de la década del 20, decidieron buscar nuevos rumbos. Arribaron a Bonpland, y se asentaron en Yerbal Viejo, a fines de 1924.
Entre los ocho hijos se encontraba Miguel Wall, que es el bisabuelo de Agustín y Luisina, que fueron quienes compartieron con Ko’ape la rica historia de su familia. “Cuando llegó a Yerbal Viejo tenía quince años y fue uno de los encargados, junto a sus otros hermanos, de construir la vivienda en la que haría base la familia. Se asentaron en 100 Hectáreas, y se dedicaron a la agricultura, como lo hacían prácticamente todos los que llegaban. Un año después falleció Francisco y sus hijos se hicieron cargo de la madre y empezaron a formar sus familias”, manifestó.
Miguel Wall nació en el sur de la provincia de Buenos Aires en 1909, “un año antes que pasara el cometa Halley”, recordó su hija Nela. Vino a Yerbal Viejo aproximadamente a los quince años. Como tenía conocimientos en ingeniería adquiridos mediante correspondencia a la luz de una vela -estudios usuales durante esa época-, en su juventud se dedicó a trabajar realizando mensuras (lo hizo en diferentes puntos de Misiones), luego empezó a trabajar en el Departamento de Catastro de la Municipalidad de Oberá. Junto a su hijo Héctor Wall mensuró varios barrios de la Capital del Monte, entre ellos: Villa Vick, Villa Falk, Villa Lord, Loma Porá y barrio Tuichá. También fue el autor de los croquis y de los diseños de las plazoletas de la avenida Sarmiento, entre ellas la de la Madre y la Equidad, que son centrales.
Según Agustín, cuando, en la década del 50, estaba realizando un proyecto de mensura para el barrio Tuichá, donde las calles iban a ser a curva nivel para que no hubiera cerros, fue convocado por el consejo que presidía en ese momento la Cooperativa Agrícola Limitada de Oberá (CALO) para otra gran iniciativa, innovadora para la época, como lo fue la fábrica de aceite de tung (FAT).
“Estuvo participando del proyecto desde el momento cero. Fue el encargado de realizar las mensuras y excavaciones del terreno en el año 1949-1950. En el tiempo que llevó la construcción de la fábrica, los preparativos y la puesta en marcha, el abuelo se preparó para ocupar el cargo de jefe, estudió el funcionamiento de las máquinas y el proceso de producción para extraer el aceite de tung”, agregó.
“El 29 de noviembre de 1946 la Comisión de Fomento aprobó el trazado de ejes y niveles de la planta urbana, según plano de trabajos realizado por el Sr. Miguel Wall, técnico encargado de obras públicas del órgano comunal. En la misma oportunidad fue establecido que a partir de la fecha “toda línea de edificación deberá ser solicitada a la Comisión de Fomento, ya que dispone del elemento”.
Fuente: Lloyd Jorge Wickström en su libro “Del Yerbal Viejo a Oberá (Los suecos en Misiones)” Ed. 1989
Como la materia prima principal era el tung, se había vuelto productor y tenía cinco hectáreas en Cerro Moreno y once hectáreas en Oberá. Además, compró semillas de Norteamérica a fin de estudiar cómo era el proceso a comparación de la semilla china que ya utilizaba en la zona.
En Misiones se cultivó para uso industrial ya que el aceite de sus frutos era demandado por industrias químicas. Con el paso de los años fue perdiendo mercado y en los 90 se terminó la actividad.
Miguel Wall inició un gran legado en la fábrica de aceite de tung. Luego de gestar este proyecto y de ser jefe por varios años, cedió este espacio a su hijo Héctor, quien trabajó en varios sectores de la fábrica a partir de los 18 años. La esposa de don Miguel, doña Gertrudis Von Fuch, se desempeñó como secretaria personal durante varios años. Luego, también algunos de los nietos realizaron diferentes labores en la misma, entre ellos Marcelo, José Luis, Juan Carlos y Dora. Muchos miembros de la familia Wall fueron parte de la FAT, legado de este hijo de inmigrantes que aportó desde diferentes áreas al crecimiento de Oberá, donde una de las calles lleva el nombre de este precursor.
La foto en el monte
Agustín refirió que cuando llegaron a la tierra colorada se encontraron con diferentes realidades y contó una anécdota sobre los comienzos. Dijo que, por ejemplo, los chicos no tenían calzado, por lo que la primera fotografía familiar fue tomada en el monte, con los pies tapados, para que no se note que estaban descalzos o de alpargatas. Es que comentan que la familia de Paulina, que en su totalidad quedó en el sur de la provincia de Buenos Aires, tenía una buena posición económica. Se buscaba que cuando la familia de Buenos Aires viera la imagen, pensara que estaba todo bien.
La intención también era para que no se notara la diferencia con el yerno, Einer Pritz Nilsson, que se había casado con Sofía, la hija mayor del matrimonio conformado por Francisco y Paulina, ya que, a simple vista, se puede observar que tenía botas de cuero. “Son historias que se van contando, que se transmiten de boca en boca. Sabemos que era una foto muy importante para la familia. Debajo tiene una dedicatoria que Miguel hizo a sus hijos. Regaló una foto a cada uno de ellos. Entendemos que para él era muy importante porque marcaba el comienzo de esa nueva vida acá en Yerbal Viejo, luego Oberá”, explicó.