La semana pasada ya se realizó la capacitación en salud mental de adolescentes de los equipos técnicos de Eldorado, Leandro N. Alem, Posadas, Apóstoles, Oberá y San Vicente. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el especialista en primera infancia y salud de UNICEF, Javier Quesada, indicó que este proyecto de prevención de salud mental dirigido a la población adolescente “aborda los padecimientos de los adolescentes en centros de escucha en seis municipios e implica generar un dispositivo de contención más un abordaje socio-comunitario donde los adolescentes puedan hablar de sus problemáticas con un equipo de profesionales”.
Indicó además que el lugar donde funcionarán estos centros de escucha no serán en los hospitales o CAPS “generalmente, los adolescentes son reacios a asistir al sistema de salud, por lo que la idea es llevar estos centros a un lugar donde están los adolescentes: clubes, iglesias, sociedades de fomento, espacios artísticos, escuelas… que son actores claves a la hora de la prevención”.
Los adolescentes y sus padecimientos
Esta experiencia ya se está desarrollando en otras provincias del país y arrancará ahora en Misiones, la primera provincia del NEA.
“Estos centros de escucha para adolescentes rompen la hegemonía de las disciplinas y de los conocimientos que todos necesitamos para los distintos abordajes, pues quita del centro a los sistemas para poner a los adolescentes y sus padecimientos. Los adolescentes nos cuentan sus dificultades como llevarse materias, ser removidos de un equipo de fútbol o de otro deporte que era además de un espacio deportivo un lugar de contención; alguna ruptura afectiva con un novio o novia que les desestructura su cotidianidad”, indicó el especialista.
Los errores de los adultos
En alusión al abordaje de los problemas de los adolescentes que se suele hacer desde el mundo de los adultos, Quesada recordó la campaña de UNICEF “Típicos adultos” donde se mostró la minimización que suelen hacer los adultos de los problemas de los chicos.
“Cuando los adolescentes dicen que no saben qué hacer de sus vidas porque se llevan seis materias, los adultos ocupamos un lugar en vez de dejarlos con su padecimiento y le decimos que nosotros a su edad tal cosa… quitándoles el protagonismo de esa escena e imponiéndonos nosotros en la escena. Y después decimos “ya se te va a pasar”… ese ejercicio de minimizar termina generando que los chicos no se sientan escuchados ni valorados, porque no hay una escucha activa ni profunda… sino que es un adulto que trata de calmar una situación en vez de indagar sobre esa situación”.
El poder de las palabras
Para el especialista, hay muchos mitos respecto a la salud mental, “por ejemplo, que hablar del suicidio lo provoca… pero nosotros decimos todo lo contrario: hay que hablar, porque hablar previene”.
Señaló además que se debe trabajar la escasa tolerancia a la frustración “porque las personas enfrentan a lo largo de su vida distintas situaciones disruptivas que generan algún grado de angustia y puede desencadenar distintos padecimientos”.
Según indicó Quesada, los centros de escucha son espacios preventivos, “no serán de análisis terapéuticos, pero si hay situaciones se diagnosticarán y se derivarán a los servicios que correspondan”. Recordó que los centros de escucha de otras provincias hacen estrategias de movilización social, como pintar murales, “para poner letra a un tema que habitualmente está oculto”.
Línea de salud mental perinatal
Además de los centros de escucha para adolescentes, UNICEF y la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública de Misiones implementarán una línea de trabajo dirigida a las embarazadas y mujeres que acaban de dar a luz. “Esta línea de salud mental se desarrollará en tres maternidades de la provincia para incorporar a la mirada de los controles del embarazo un rasgo de observación para detectar alguna situación de depresión o angustia durante el embarazo y puerperio. Permitirá un abordaje más integral de la salud de la mamá durante este período, no solamente de su salud en términos de controles fetales y demás”, destacó.
Este proyecto se implementará en Misiones durante un año y medio. Según precisó el referente de UNICEF ya se está trabajando en la integración de los equipos.
“Hay intervenciones más creativas que la restricción”
Serán los adolescentes quienes plantearán los temas que les preocupa y sobre los que trabajarán en los centros de escucha. Según indicó el director de Salud Mental, Nicolás Aranda, a PRIMERA EDICIÓN, “los centros que propone UNICEF son de un perfil comunitario, es decir son espacios donde habrá un equipo técnico integrado por psicólogos, profesores de educación física, trabajadores sociales… y se busca con trabajo conjunto con los adolescentes en este lugar físico donde puedan ir una vez por semana a tener algún tipo de actividad que los implique”.
Señaló que se partirá de los temas que planteen los adolescentes como sus preocupaciones, “como el acoso escolar y otras problemáticas… la idea es que ellos planteen sus preocupaciones y orientados por el equipo técnico tengan un espacio de charla, que aprendan a cuidarse entre ellos, o sea generar una red, que aprendan autocuidado pero también que puedan replicarlo con otros adolescentes que no estén en el dispositivo”.
Eldorado, Oberá y Posadas
Aranda precisó que los primeros centros de escucha que comenzarán a funcionar serán los de Eldorado, Oberá y Posadas, “la idea es hacerlo lo antes posible, pero primero hay que firmar actas de acuerdo para poder avanzar, a UNICEF le interesa comenzar en los meses de verano… veremos si podemos hacerlo”.
Detalló que trabajarán con recurso humano del Ministerio de Salud Pública y de los municipios involucrados. “Por ejemplo, la Muni de Posadas tiene una Dirección de Salud Mental y cuenta con CAPS con equipos propios de salud mental”.
Aranda señaló que generalmente, los organismos internacionales suelen tener propuestas “enlatadas” pero en este caso es un proyecto muy participativo, es una propuesta de construcción.
Población adolescente
Según analizó el funcionario, Misiones tiene un importante porcentaje de población adolescente por lo que “debemos trabajar sobre sus proyectos de vida, oportunidades, poder repensar su lugar en la comunidad, tratar de sacarnos las caretas sobre las cosas que hacen los adolescentes y asumir que quizás haya cosas que no nos gustan pero si las prohibimos o perseguimos no necesariamente vamos a eliminarlas sino que tenemos que pensar intervenciones más creativas”.
En este contexto, advirtió que estos centros de escucha “son intervenciones mucho más creativas que poner un código de restricción para que no puedan acceder a esto o aquello, generando un interés de hacerlo por izquierda”.