Por ejemplo, nos sugieren: “¡Sana tu hogar y amplía tus metas para atraer abundancia!”. La trabajadora de la física cuántica, Rosanna Biglia asegura que tenemos que tirar “todo”, es más, dice: “Cuanto más tires, más vendrá a ti lo nuevo, lo bueno”. Así que si te quedaron algunos trastos para tirar estás a tiempo de hacerlo, busca, rebusca, porque siempre queda algo guardado que tiene tiempo de no uso y puede que alguien sí lo ocupe o puede que ya sea tiempo de darle de baja. Este sería el primer consejo para recibir la Navidad despojados de todo peso del tiempo.
Cuando armamos el arbolito, muchas veces lo hacemos de manera mecánica, como la vida misma que llevamos cuando actuamos automatizados, pero hay un secreto valioso que podemos poner en práctica y es el de la intención. Todo objeto que lleve una carga, una intención, emite ondas que se propagan en nuestro campo cuántico y van más allá. Esa información impactará y como un bumerang volverá a nosotros de manera multiplicada.
¿Cómo lo haremos? Centrándonos en nuestro corazón, con respiraciones profundas mientras sostenemos en las manos el adorno al que le pondremos la intención. Por ejemplo, tomo una campanita, cierro los ojos y digo: “Tu sonido replicará todas las gracias que recibimos, todo lo que agradecemos con alegría y lo hará muy fuerte”.
O con la estrella de cinco puntas: “Tu estrella iluminarás los pasos de esta familia. Todos caminamos hacia nuestra misión con alegría, con buena salud y abundancia infinitas”. Como siempre les digo, usen sus palabras para todo lo que deseen manifestar.
En esta Navidad, en este combo que nos regala Dios del 24-25 en el que celebramos la previa del Nacimiento de Jesús y su Día de cumpleaños podemos aprovechar para apostar a nuestra evolución. Ya nadie puede mirar al costado y decir: “No lo sabía” porque evolucionar es de seres pensantes, es para quienes eligen sabiamente vivir una vida plena.
Sumamos a nuestra evolución la manera en que tomamos el trabajo como una actividad más y no como una imposición o una carga, un esfuerzo. Dar todo no es dejarnos de lado, al contrario, para dar todo tenemos que descansar, disfrutar, conectar con la naturaleza y conocernos para renacer.
Renacer en nosotros, no mirando lo que tiene que cambiar el otro, los otros, los hijos, el jefe, amigos; renacernos y para hacerlo existen infinidad de herramientas, quien no las toma no renace, no disfruta, no puede dar lo que no tiene. Así que en estas fechas podemos darnos ese nuevo sabor de vida, leyendo, practicando, haciendo “algo” por y para nosotros porque así vamos a poder dar un montón de nuestro Yo.
Elevamos nuestra energía con música animada, caminando descalzos, sacudiendo el cuerpo y nos disponemos a celebrar. Que esta Navidad sea la mejor de todas, que quede en el recuerdo como una mágica experiencia que vivimos en familia, con amigos, solos, como decidamos hacerlo, pero felices.
Intenciones mágicas
• En la punta del árbol coloca una estrella de cinco puntas como guía, como luz que nos ilumina.
• Tres campanitas o cascabeles, para cambiar la energía y hacerla propicia.
• Tres monedas chinas o billetes impresos en forma de lazo para que no falte el dinero.
• Un Wu Lou (calabaza china) o un cuarzo blanco para la salud.
• Una llave, para abrir los caminos.
• Bolas doradas o plateadas con los nombres de los que forman la familia, para protección y defensa del hogar.
• Tres bolsitas de arroz para la abundancia, hacerlas con fieltro en forma de árbol, bellota u hoja.
• Un paquetito de regalo para los vínculos familiares y la amistad.
• Un corazón para el amor.
• Un sol, para la energía vital.
• Una manzana y una piña para la prosperidad.
• Una naranja seca cortada en rebanadas y canela para atraer la dulzura y cariño a tu hogar.
Al quitar el árbol: El arroz de las bolsitas se tira por agua corriente dándole las gracias y se renuevan.
Y ahora sí: ¡Feliz Navidad!
Por Rosanna Toraglio
Periodista de
Primera Edición