Las Pequeñas y Medianas Empresas (PyME) continúan exigiendo políticas que favorezcan a la industria, tras un año particularmente difícil.
Durante 2024, fueron el sector más golpeado por la recesión, lo que resultó en la pérdida de más de 217.000 puestos de trabajo. Así lo informó Industriales PyME Argentinos (IPA), que además solicitó al ministro de Economía, Luis Caputo, una reunión para presentar propuestas orientadas a la recuperación y fortalecimiento de la actividad de las PyME.
De acuerdo a su informe de Coyuntura del tercer trimestre, advirtieron la pérdida de puestos de trabajo registrados, con sectores como los servicios y la producción de bienes como los más afectados. En particular, el sector de manufacturas industriales experimentó una caída del 3,5% en la cantidad de trabajadores formales, lo que pone en evidencia la dificultad que atraviesa este sector.
Contracción
La economía continúa en retroceso, como lo reflejan tanto la caída del Producto Interno Bruto (PIB) como los últimos datos del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE). Durante este trimestre, la desaceleración ha sido más pronunciada en sectores clave como la industria manufacturera y la construcción, tradicionalmente motores de la economía argentina.
La falta de dinamismo en la inversión, sumada a un consumo interno debilitado, ha limitado la capacidad de reacción del aparato productivo.
Deterioro
La industria manufacturera permanece en terreno negativo, mostrando una caída heterogénea en distintos sectores. Actividades como la producción textil, la construcción y los productos minerales no metálicos se encuentran entre las más afectadas, debido a la caída de la demanda interna, mayores costos de financiamiento y un contexto inflacionario que erosiona márgenes.
El uso de la capacidad instalada industrial, si bien exhibió una leve mejora mensual, continúa en niveles muy por debajo de su promedio histórico, evidenciando problemas estructurales y una demanda insuficiente que impide aprovechar el potencial del sector. Este comportamiento subraya la fragilidad del entramado industrial en un contexto económico complejo.
Inflación y consumo
Aunque se registran algunos signos de desaceleración en la inflación mensual, la variación interanual sigue siendo alarmante, alcanzando un 166,0% acumulado en noviembre. Este contexto inflacionario genera un deterioro continuo en el poder adquisitivo de los hogares, afectando especialmente a los sectores de menores ingresos.
El consumo privado continúa su tendencia contractiva, acumulando once meses consecutivos de caída. Las ventas en supermercados, un indicador clave del consumo masivo, reflejan la pérdida de poder de compra, agravada por la incertidumbre económica y los ajustes en los ingresos reales de los trabajadores.
Impacto
El mercado laboral sigue evidenciando los efectos de la recesión económica. En los últimos doce meses, se perdieron más de 217.000 empleos registrados, con un impacto especialmente significativo en sectores como la construcción y la industria manufacturera.
Por otro lado, la desaparición de 9.900 empresas en el último año refleja las dificultades del entorno operativo, donde las PyME enfrentan altos costos, financiamiento limitado y una demanda interna deprimida. Esta tendencia plantea un desafío crítico, ya que afecta directamente la generación de empleo formal y la capacidad de recuperación del sector productivo.
Competitividad cambiaria
Durante 2024, el tipo de cambio real multilateral se apreció un 40%, lo que ha tenido un doble impacto. Por un lado, la apreciación cambiaria encarece las exportaciones industriales y reduce la competitividad externa de sectores clave. Por otro, ha permitido aliviar parcialmente las presiones financieras y cambiarias en el corto plazo, aportando cierta estabilidad a un escenario caracterizado por la volatilidad.
No obstante, esta apreciación representa un riesgo para el desempeño exportador en el mediano plazo, especialmente en industrias con menor margen de competitividad.
Resiliencia
A contramano de las tendencias generales, el comercio exterior se consolida como una de las pocas variables en positivo. Las exportaciones crecieron un 30% interanual en octubre, acumulando once meses consecutivos de superávit comercial. Este desempeño responde principalmente al incremento en los volúmenes exportados de productos primarios y agroindustriales, impulsados por la demanda externa y condiciones favorables en los mercados internacionales.
La resiliencia del sector exportador demuestra su capacidad de adaptación frente al adverso contexto local y actúa como un soporte fundamental para la economía argentina en un escenario de contracción interna.
Panorama y perspectivas
La coyuntura económica argentina está marcada por la coexistencia de desequilibrios macroeconómicos persistentes y sectores con desempeños dispares. Mientras que la industria y el consumo reflejan una notable debilidad, el comercio exterior y ciertas señales de desaceleración inflacionaria emergen como factores de relativa estabilidad.
En las próximas secciones del informe, se analizarán en profundidad los componentes críticos de esta coyuntura: evolución de la actividad económica, desempeño sectorial, inflación y consumo, situación del mercado laboral y empresarial, competitividad cambiaria y las dinámicas del comercio exterior. Este enfoque integral permitirá identificar no solo los desafíos estructurales que enfrenta la economía argentina, sino también las oportunidades incipientes que podrían ser capitalizadas en los próximos meses.
La caída en los sectores clave
De acuerdo a lo expresado en el informe, dado que los datos de crecimiento en la Argentina se publican trimestralmente, el dato más fiable con el que podemos contar para estimar el crecimiento es el Estimador Mensual de Actividad (EMAE). Este indicador refleja la evolución mensual de la actividad económica del conjunto de los sectores productivos a nivel nacional y permite anticipar las tasas de variación del producto interno bruto (PIB) trimestral.
En septiembre de 2024, el panorama económico siguió mostrando señales de contracción, según los últimos datos del Estimador Mensual de Actividad Económica. La actividad económica cayó un 3,3% en la comparación interanual, mientras que, en términos desestacionalizados, retrocedió un 0,3% respecto a agosto.
A pesar de este contexto adverso, algunos sectores lograron destacarse por su desempeño positivo. La explotación de minas y canteras lideró el crecimiento con un notable avance del 7,6% interanual, convirtiéndose en el principal motor que amortiguó la caída general. También registró un desempeño favorable la Agricultura, ganadería, caza y silvicultura, que creció un 3,1% interanual.
Sin embargo, el peso de las actividades en declive fue mayor. Once sectores clave mostraron retrocesos en comparación con el mismo mes del año pasado. Entre ellos, sobresalen los desplomes de Pesca (-25,2% interanual) y Construcción (-16,6% interanual). Este último sector, junto con Comercio mayorista, minorista y reparaciones (-8,3%) y la Industria manufacturera (-6,2%), explican buena parte de la contracción económica.
Los números reflejan una economía que sigue enfrentando desafíos estructurales, con sectores tradicionales que aún no logran revertir la tendencia negativa mientras que algunos nichos específicos muestran señales de resiliencia.
Empleo
Se perdieron 217.000 trabajos registrados y 9.923 empresas durante los últimos doce meses.
El empleo registrado en Argentina continúa en retroceso. Según los últimos datos del Boletín Mensual de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), durante agosto de 2024, el número de trabajadores registrados totalizó 9.596.426, una caída significativa respecto a los 9.813.824 registrados en el mismo mes del año anterior. Esta disminución refleja la pérdida de 217.398 puestos de trabajo en el último año.
Es importante tener en cuenta que estas cifras solo reflejan el empleo registrado, dejando fuera al sector informal, lo que sugiere que la destrucción de puestos laborales podría ser aún mayor de lo que los datos oficiales indican.
De los 217.398 puestos de trabajo perdidos en el último año, 88.036 corresponden al sector de productores de bienes en general, mientras que 133.947 se concentran en el sector de servicios. En particular, el sector de las manufacturas industriales ha sido de los más golpeados. Los trabajadores registrados pasaron de 1.218.638 a 1.176.560, lo que representa una pérdida de 42.078 puestos de trabajo, o un 3,5% menos en comparación con el año anterior. Estos números reflejan una caída alarmante en uno de los sectores más representativos de la economía formal.
En agosto de 2024, la cantidad de empresas aportantes también registró una disminución notable. Se totalizaron 500.035 empresas, frente a las 509.958 del mismo mes de 2023, lo que implica una pérdida de 9.923 empresas en el transcurso de un año.
El sector manufacturero también reflejó un retroceso. Durante el mismo mes, las empresas manufactureras totalizaron 48.743, en comparación con las 49.240 registradas en agosto de 2023, lo que representa una caída de 497 empresas manufactureras menos en el último año. Estos números subrayan una contracción tanto en la actividad económica como en la capacidad empresarial del país.
En resumen, la situación en la evolución del empleo y la cantidad de empresas refleja una tendencia preocupante en sectores clave de la economía. En el último año, se perdieron más de 217.000 puestos de trabajo registrados, con sectores como los servicios y la producción de bienes como los más afectados. En particular, el sector de manufacturas industriales experimentó una caída del 3,5% en la cantidad de trabajadores formales, lo que pone en evidencia la dificultad que atraviesa este sector.
Asimismo, el número de empresas aportantes también muestra una disminución, con 9.923 empresas menos en el último año. Las empresas manufactureras no fueron la excepción, registrando una pérdida de 497 empresas en el mismo periodo. Esta caída tanto en el empleo como en la cantidad de empresas subraya un panorama de desaceleración económica y dificultades estructurales que afectan especialmente al sector productor de manufacturas.
De quiénes se trata
IPA es una asociación de pequeños y medianos empresarios de la industria nacional, unidos en la vocación de desarrollar, proteger y estimular la industria PyME como motor del desarrollo económico argentino.
IPA fue creada en 2017 por la necesidad de pequeños y medianos empresarios industriales de tener un espacio en el cual abordar directamente las diversas problemáticas que hacen a su actividad en los diversos ámbitos de la economía y generar las propuestas de transformación por los industriales y para los industriales.
“En IPA estamos creciendo y convocando a todas aquellas PyME industriales dentro del territorio nacional dispuestas a defender activamente a la industria, el trabajo, y el desarrollo de los argentinos”, sostiene el organismo en su página web.