El Parque Nacional Iberá celebra una excelente noticia para la conservación: el nacimiento de dos nuevas camadas de nutrias gigantes, sumándose a las familias que viven en los grandes recintos del humedal correntino. Este avance es un paso importante en el proyecto de reintroducción de la especie, que se había extinguido de los humedales argentinos hace más de 40 años, y cuya presencia es fundamental para el equilibrio de los ecosistemas acuáticos.
La nutria gigante, una especie que históricamente habitó las cuencas de los ríos Paraná y Uruguay, fue masacrada durante siglos. Desde la época de los primeros exploradores y misioneros en el siglo XVII, la especie fue cazada hasta su casi extinción, debido a su curiosidad, su comportamiento diurno y el alto valor de su piel. En la década de 1980, la especie desapareció por completo de los humedales de Argentina, y solo algunos registros de individuos solitarios fueron reportados sin confirmación.
El proyecto para su reintroducción comenzó en 2019, luego de una propuesta de Fundación Rewilding Argentina que había surgido en 2006. El desafío era enorme, ya que la especie había desaparecido por completo de Argentina, y no había ejemplares disponibles ni en cautiverio ni en la naturaleza para comenzar la reintroducción. Sin embargo, la colaboración con científicos internacionales y zoológicos europeos permitió que los primeros individuos llegaran a Iberá, provenientes de Hungría, Suecia, Dinamarca, Francia, España y Alemania.
Actualmente, tres parejas reproductivas están criando a sus cachorros en grandes corrales de presuelta dentro del humedal, donde se están preparando para su liberación futura. Estos cachorros, que ya están jugando un papel clave en la recuperación de la especie, representan un paso importante en el proceso de repoblación, con el objetivo de que las nutrias gigantes puedan vivir nuevamente en libertad en las aguas del norte argentino.
Este avance, además, marca un hito en el mundo de la conservación, ya que este proyecto de reintroducción de la nutria gigante es un logro significativo no solo para la fauna argentina, sino para la biodiversidad global. Con el cierre del año, el proyecto celebra estos nacimientos como un símbolo de esperanza para el futuro de esta especie única y esencial para los ecosistemas acuáticos de Sudamérica.
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