Al menos tres grandes empresas han comunicado que no pagarán obligaciones millonarias en los próximos meses, lo que encendió una luz de alarma en el sector agropecuario por el futuro del mismo.
En el medio sigue el debate por las promesas y compromisos que la Casa Rosada asumió desde la campaña política de La Libertad Avanza con “el campo”, un rubro cuyos integrantes militaron y sostienen en las principales provincias productoras, al Gobierno nacional actual.
Tras la larga e intensa sequía, los problemas cambiarios del dólar, los mayores costos del último semestre 2023 y el inicio de 2024 se convirtieron en un combo que comienza a mostrar serios problemas.
“Se viene una crisis muy grande que puede afectar a banco e inversiones y eso va a ser la noticia del verano. Esto arranca con los años de sequía y el campo tuvo años de rentabilidad negativa, el 80% del campo que se explota es en un campo alquilado y los precios son muy elevados. Tenemos expropiación en materia impositiva por las retenciones. La soja bajó a la mitad de precio de lo que valía en el 2020”, sostuvo Salvador Di Stefano, analista económico y político a Radio CNN.
“A eso le sumas que en el último año mucha gente especuló con un escenario de una devaluación y mucha gente retuvo dólares y soja. Hoy estamos en un estrés financiero de incumplimiento y es una fecha muy complicada para el campo”, remarcó.
En las redes sociales, algunos festejan sosteniendo que el agro es “casta”, sin comprender el rol protagónico en la economía y la generación de dólares, en un país que pretende levantar las restricciones cambiarias.
En esta filosofía de Estado que no interviene y deja que el mercado actúe, nadie puede prever las consecuencias que generará sobre un eje tan trascendente como el agro.