Desde hoy, el comité del Sistema Integrado de Transporte habilitó a los Grupos Z y H a comenzar a aplicar la nueva tarifa del boleto para Posadas, Garupá y Candelaria. Viene con un 25% máximo de incremento, cuando se paga el pasaje sin la tarjeta SUBE, del mismo Grupo Z, o con QR.
Sin dudas este aumento no será el último del año. Esto recién comienza.
Pero los usuarios del servicio siguen desde hace años esperando una contraprestación “digna”, acorde a la demanda, a las tarifas, a los subsidios millonarios que reciben las empresas. A los empresarios les resulta difícil explicar por qué no mejoran.
En las audiencias públicas solamente van a decir que no pueden sostener las concesiones. Pero no se van ni renuncian a ellas para que venga otro prestador mejor.
En Posadas, la experiencia trunca de Río Uruguay con Bencivenga fue suficiente ejemplo de cómo se puede tener un mejor servicio con los precios de boleto que se pagan en el área metropolitana.
También hay que ver cómo los dos Grupos empresarios fueron extendiendo sus redes de negocios. Especialmente el Z, que tiene intereses en el rubro hasta afuera del país.
Pero hay que entender que el problema no son solo las condiciones en las que estas empresas brindan el servicio. Lo es el subsecretario de Transportes de la provincia, René Kegler, que no acciona ni canaliza los reclamos que llegan desde los usuarios, pasan por las municipalidades y “mueren” en su órbita.
Aunque parezca una novela conocida, una vez más desde hoy, subirá el boleto sin que haya mejoras sustanciales para viajar.