Una anécdota sobre Goya ayuda a revelar una situación persistente en el arte: la complejidad de ilustrar una de las partes más complejas de la anatomía humana, con una capacidad expresiva única.
Se suele contar que Goya cobraba más por sus retratos si el retratado quería ser representado con manos. Sobre si eso es cierto o no, trataremos más adelante. Pero la anécdota sirve para ilustrar uno de los grandes retos del arte: pintar manos.
¿Por qué es tan difícil pintar manos? En lo físico, las manos son una de las partes más complejas de nuestra anatomía: 27 huesos, 6 tipos de articulaciones, 5 tipos de ligamentos y numerosos músculos dan forma a cada una de nuestras manos. Lograr encajar todos estos elementos en su proporción y ángulo correcto es ciertamente complicado.
Además, su pequeño tamaño y su movilidad hacen que se formen abundantes sombras en distintas direcciones que aún dificultan más el trabajo.
Pero la mayor dificultad ni siquiera es la técnica. Lo que de verdad hace difícil la representación es que la mano nos define como humanos.
El filósofo Leonardo Polo aseguraba que el hombre era un sistema con dos núcleos principales: rostro y manos. A diferencia de los animales, la evolución del ser humano ha llevado a que en vez de tener hocico, tenga cara, y en vez de garras… manos.
La película Tarzán, de Disney, nos muestra esta cuestión de un modo poético. Tarzán sabe que no es un gorila como sus padres o sus hermanos adoptivos porque sus manos son diferentes. Y reconoce a Jane como un ser de su especie cuando sus manos coinciden.
Por ese motivo, nuestra cara y nuestras manos son los elementos que ayudan a que el ser humano pueda expresar lo que siente en su interior.
Pero parece que en el caso de la cara todo es un poco más fácil: si fruncimos nuestras cejas, expresamos enfado; si abrimos los ojos, expresamos asombro; si curvamos la boca, expresamos alegría con nuestra sonrisa… Con las manos es todo menos evidente. ¿Cuál es el ángulo exacto que debe mostrar nuestra falange superior del dedo índice de la mano derecha para expresar alegría?
Que las manos sean expresivas, que “hablen” y que digan exactamente lo que el artista quiere que digan es algo mucho más sutil y complejo. Hoy vamos a apreciar una obra de Silvia Vincenti, y el próximo domingo seguimos con esta lectura interesante sobre pintar manos.
Me pregunto si Silvita cobrará más por su obra, como lo hacía Goya.