La joven arquitecta posadeña, Graciela Kapko, hace casi 19 años que trabaja en el área de mantenimiento del Hospital Naval de Buenos Aires. Desde 2023 se sumó al Comando Conjunto Antártico en el ejercicio de su profesión. Se puso como objetivo una importante misión: levantar el primer Hospital Conjunto Antártico en la Base Petrel, que se convertirá en la nueva puerta de acceso y salida de los argentinos en el continente blanco.
El nosocomio estará ubicado en el cabo Wellchness, en la Isla Dundee, al este del extremo nororiental de la península antártica. Petrel hoy es una base de verano sin actividad específica científica ni logística. Con la idea de la misionera Kapko se buscará dotarla de ciencia y salud que facilite la actividad logística en un punto central para la distribución y apoyo de las actividades del Programa Antártico Argentino.
Graciela tiene a sus padres, hermanas y sobrinos en Posadas, a los cuales visita frecuentemente. “Estoy viviendo en Buenos Aires, mi corazoncito está en Posadas y hoy estoy cumpliendo mi sueño trabajando en lo que me gusta estando acá”, aseguró la arquitecta.
En entrevista exclusiva desde la Base Marambio con FM 89.3 Santa María de las Misiones, Graciela contó que, con un equipo de siete técnicos operarios a cargo, su primer paso es trabajar en la recuperación del hangar de helicópteros de esa Base. “Hay operaciones aéreas de traslado de científicos, personal y carga a las otras bases, por lo que nuestro trabajo es planificado y coordinado con el escuadrón Skua de la fuerza aérea para no entorpecer sus tareas. Además colaboramos en otras tareas de mantenimiento si nos requieren e inclusive en tareas auxiliares de cocina o limpieza cuando es necesario. Lo importante es la camaradería”, dijo.
Respecto a cómo fue el clima de recepción, detalló: “Llegamos con un muy lindo día, soleado. Ahora estamos con 3 grados bajo cero de sensación térmica y con niebla. El frío no es tan intenso y si no hay helicópteros volando, el ambiente es silencioso y calmo”.
Kapko no es la única misionera del grupo. También viajó a la campaña de verano el suboficial Principal de la Armada Argentina Rubén Da Rosa, oriundo de Garupá y parte de la dotación de apoyo que se desplegó con ella.
Apenas el tiempo lo permita, Graciela se trasladará a Petrel para supervisar la construcción del módulo sanitario proyectado para soportar hasta 30 grados bajo cero, vientos muy fuertes de hasta 300 km/h, una altura máxima de nieve sobre el edificio de hasta 60 centímetros y el coeficiente de conductibilidad magnética, debido a la producción de tormentas magnéticas.
“Es una estructura importante, una obra grande que vale la pena. El país se lo merece y nuestros compatriotas también”, aseguró.
La importancia de la planificación
La arquitecta Kapko explicó por qué la previa a cada viaje a la Antártida para la construcción del hospital es muy importante: “Como arquitecto, estamos acostumbrados en el continente a que si te falta algo, buscas un proveedor y salís a buscarlo. En este caso la logística previa de obra es muy importante porque no nos puede faltar nada. Si nos olvidamos de algo, es un año de espera para poder continuar”.
Antes de viajar, se destaca “la tarea de montaje en los talleres de Tandanor de las estructuras. Ahí se conocen las piezas, les hacen las correcciones necesarias. Si están aprobadas, se van a galvanizar y, luego, son entregadas a pie de buque para que el buque Almirante Irizar pueda traerlas hasta la Antártida para volverlas a montar pero ya en la Base”.
Una vez llegado el verano, son tres meses en los que se intensifica el trabajo de montaje con personal de las fuerzas del Comando, para aprovechar el clima que permite trabajar con obras en el exterior.
Un cambio para la salud de los argentinos en la Antártida
El país tiene 13 bases en los 120 años de permanencia antártica. Sin embargo, no hay un nosocomio de mediana complejidad para no tener que evacuar al continente a un personal accidentado o con problemas de salud que superen a una enfermería. “En algunos casos es una enfermería pequeña, en otras una sala de internación un poco más grande. En todas las bases hay un médico y un enfermero. Donde hay más dotación, hay un odontólogo y algunos enfermeros más”, explicó Kapko.
Así, “instalar un hospital de mediana complejidad con internación, terapia intensiva, diagnóstico del paciente, es muy importante. Así, el paciente será llevado a la Base Petrel y se le darán las atenciones necesarias sin tener que desplegarlo al continente”, destacó para agregar que “si se requiere un médico especialista por la patología, será más sencillo desplegar al profesional desde el continente a la Base sin que signifique un riesgo para el paciente”.
Cómo será el centro asistencial
El proyecto Petrel fue presentado por la misionera Graciela Kapko en el 34° Congreso Latinoamericano de Arquitectura e Ingeniería Hospitalaria, realizado en octubre del año pasado.
Contará con consultorio médico y odontológico para atención ambulatoria; internación de cuidados intermedios con capacidad de 8 camas; un quirófano; un shock room; y unidad de terapia intensiva. Contará además con los servicios de diagnóstico por imágenes (Rx), laboratorio, cámara hiperbárica, esterilización, farmacia y los servicios de apoyo necesarios para su funcionamiento.
La base contará con un campo solar fotovoltaico en un espacio de unos 950 m2 con capacidad suficiente estimada en proporcionar hasta un 40% de energía total de la base durante los meses de verano, esto permitirá reducir el consumo de combustibles fósiles y sobre todo reducir el transporte de combustibles fósiles al territorio antártico.
“Estoy muy orgullosa como misionera y argentina que me hayan convocado para este proyecto”, dijo Graciela Kapko desde la Antártida.