Vecinos del barrio Fátima, Ñu Porá y Ex Hipódromo de la localidad de Garupá denunciaron el deterioro alarmante de las calles de la zona y la falta de respuesta de las autoridades municipales para resolver un problema que lleva dos años sin solución.
La situación afecta la circulación, la seguridad y los servicios básicos, según el testimonio de Marie Hurt, residente del lugar.
“Hace dos años empezaron una obra de la Nación para la zona baja de la avenida Andrés Guacurarí, con la idea de hacer cordones cuneta y empedrados. Pero con el cambio de presidencia, la obra quedó interrumpida y salir por Andrés Guacurarí para el acceso sur se volvió imposible”, relató Hurt.
Durante ese tiempo, los vecinos debieron utilizar calles de tierra, pero las lluvias constantes y el aumento del tránsito vehicular deterioraron esas vías.
“Los cráteres en las calles hacen que sea imposible transitar. Ni siquiera los colectivos pueden ingresar al barrio, y para tomarlos tenemos que caminar ocho o nueve cuadras hasta la ruta o la calle asfaltada más cercana”, explicó.
Inseguridad y aislamiento
La falta de mantenimiento en las calles también trajo consigo problemas de inseguridad.
Según Hurt, “al no haber circulación, los pastizales crecieron y se generaron zonas peligrosas. Incluso, un sereno del barrio sufrió un ataque a la madrugada, y cuando llamamos a la policía y la ambulancia, tardaron en llegar por el mal estado de las calles”. A pesar de reiterados reclamos al municipio, las soluciones han sido escasas.
“En octubre presentamos tres notas con 90 firmas de vecinos. Nos reunimos con el secretario de Obras Públicas, el director de Obras Públicas, y finalmente con el secretario de Gobierno. Este último nos dijo que el municipio solo cuenta con dos máquinas para toda Garupá”, detalló Hurt.
Sin embargo, los intentos de reparación han sido contraproducentes. “Cuando trajeron una máquina, rompieron entradas de agua y tuvieron que parar todo. Algunas casas se quedaron sin agua, y coordinar con SAMSA fue otro calvario. Todo quedó en la nada otra vez”, agregó.
Otro punto de conflicto es la recolección de basura, que, según los vecinos, es irregular. “El camión pasa sin horarios establecidos, y si se llena antes de llegar, debemos esperar días para que vuelva. Esto genera un desorden total, con perros rompiendo bolsas y calles llenas de basura”, señaló
“La problemática afecta a cientos de familias”, concluyó.