Primero el Banco Central de la República Argentina (BCRA) habilitó los pagos en dólares con tarjeta de débito. Ahora, los proveedores de bienes y servicios podrán exhibir sus precios en esa divisa o en cualquier otra moneda, y aunque es poco probable que doña Rosa encuentre los tomates publicados en precios extranjeros en la verdulería, o que ello afecte su compra, lo cierto es que la medida puesta en vigencia desde este viernes para “desregular” el peso podría “favorecer la competencia entre monedas, lo cual contribuiría a afianzar la confianza en la economía local”, tal la estimación del economista, Gerardo Alonso Schwarz, del Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL).
De primera mano, para Alonso Schwarz, la medida responde a tres objetivos principales, el primero de ellos “cumplir la promesa de campaña del presidente (Javier Milei) en la cual se hablaba de la dolarización”.
“Antes de llegar a ese punto primero está la competencia de monedas que implicaría que cada proveedor, empresa o comerciante publique los precios de sus transacciones en la moneda que quiera, es decir pesos, dólares, euros, reales o guaraníes”, dijo y agregó que “la medida va a profundizar un poco más ese camino, pero difícilmente se llegaría a una dolarización total o se cierre el Banco Central, como también se prometió”.
En segundo lugar, el titular de la Fundación Mediterránea analizó al impacto que tendrá la iniciativa, sobre todo en el sector turístico (consumo de los extranjeros) que ya tenía la flexibilidad de algunos comercios que aceptaban distintas divisas, pero en la facturación concreta, la transacción figuraba en pesos. Ahora ya no habrá trabas para pagar con la divisa que la persona tenga a la mano.
“Para pagar el pasaje de avión, el colectivo o en el restorán había que tener pesos, pese a que algunos comercios cambiaban el dinero como un ‘favor’, la factura se emitía en pesos. Lo que implica este cambio, para los extranjeros o residentes en el exterior que vengan al país, es que la lista de precios puede estar en otros tipos de cambio. Es decir se simplifica la conversión y facilita todo, sobre todo en el sector gastronómico”, prosiguió.
Como tercer punto, el economista destacó que “la afectación” en los residentes argentinos, “quienes vamos a ver listas de precios en pesos y en dólares, implica que el consumidor tendrá más información y podrá comparar su evolución, además de ver el avance, o no, de la inflación”, destacó.
“El consumidor argentino tendrá mas información útil para analizar el comportamiento de precios y aunque seguramente no va a utilizar esta forma de pago (abono en dólares), si es que tiene algunos atesorados, podrá usarlos directamente sin tener que ir a cambiarlos, para algún pago en la compra de un vehículo. Es decir, ya no será necesaria la conversión, lo cual facilita y brinda seguridad porque todo se hace de forma directa”, sintetizó.
“No resuelve nada”
En una recorrida informal para testear el impacto, PRIMERA EDICIÓN también buscó el análisis de distintos dirigentes, empresarios y comerciantes, según quienes, este cambio de rumbo “no resuelve ningún problema de fondo”, aunque se destacó la normativa.
De hecho, más allá de ver lo positivo de la medida, ninguno de ellos salió a modificar cartillas de precios o vidrieras, ni siquiera como estrategia de marketing para llamar la atención.
“No resuelve nada porque no cambia nada, simplemente blanquea algunas prácticas”, sostuvo en ese sentido el empresario Carlos María Beigbeder.
A su vez, desde la CAME se valoraron de manera positiva los cambios en el sistema de exhibición de precios que “actualiza la normativa existente” y “se le permite al comerciante PyME el cobro de un producto en moneda extranjera”, reflejó la entidad.
“En la resolución se establece que ahora los precios de bienes y servicios podrán exhibirse en dólares estadounidenses u otras monedas extranjeras, además de pesos argentinos. En todos los casos el comercio deberá indicar el importe total y final que tendrá que abonar el consumidor”, señaló en breves párrafos.
Y resaltó “la necesidad de que los precios se muestren en forma clara, visible y legible, a la vista y al alcance de los consumidores, y que a partir del 1 de abril de 2025 será obligatorio incluir la leyenda precio sin impuestos nacionales, junto con el importe neto sin IVA ni otros impuestos nacionales indirectos, en menor tamaño que el precio final”.
“CAME considera que a partir de esta decisión se busca dinamizar al comercio y garantizar la transparencia en la información brindada a los consumidores. Estas medidas no solo modernizan un esquema vigente desde 2002, sino que también otorgan mayores herramientas para competir y adaptarse a las nuevas dinámicas comerciales”, finalizó el comunicado.
“Se blanquea una práctica y pone fin a la especulación”
En ciudades turísticas de frontera ya existía la posibilidad de que el comercio accediera a aceptar divisas extranjeras; Iguazú, El Soberbio, Irigoyen o Posadas eran ejemplo al respecto. Pero la transacción era una suerte de “favor” para el cliente.
Ahora, “la medida blanquea algo que ya existía se tomaba el tipo de cambio como una gentileza pero ahora el precio ya estará exhibido para que se abone como se desea”, fue la opinión, en tanto del presidente de la Cámara de Comercio de Iguazú, Rodrigo Blanco.
Adrián Iasinski, titular de la Cámara de Comercio de San Javier, se manifestó en la misma dirección: “Aquí se tomó a bien la medida de desregulación del peso, pero no hemos visto entre los socios que hayan modificado rápidamente sus vidrieras. Será una ventaja porque se encamina la economía en un camino para proporcional”, aseguró el empresario, pese a que sostuvo que quienes tendrán mayo impacto son las localidades turísticas, principalmente Iguazú. “En San Javier los socios ven que es positivo, pero con pocas implicancias en los comercios chicos”, aseguró.
Evolución de los precios e inflación
Todos los consultados desestimaron que los cambios vayan a impactar en la suba de precios (sube el dólar suben los productos). Todo lo contrario.
“Lo que sí vamos a ver es cómo, en dólares, van evolucionando los precios, no solo el valor del tomate que está sujeto a cuestiones estacionales y meteorológicas. Es una medida que va a ser válida para electrónicos, productos importados y de alto valor”, comentó Alonso Schwarz.
En esa línea, para Rodrigo Blanco, también pone fin a la especulación: “Ya no va a existir esa informalidad de cotizar ‘al vuelo’ un bien o un servicio, porque va a estar exhibido en la lista de precios y el cliente va a elegir pagar como mejor le convenga con la divisa que tenga en los bolsillos”, dijo enfático.