Siguen los movimientos y los ajustes internos en el Gobierno de cara a unos meses que estarán marcados por la campaña política y el recambio en el Congreso de la Nación.
Al filo del fin de semana la Casa Rosada forzó la renuncia del procurador del Tesoro, Rodolfo Barra, por haber emitido un dictamen que consideran contrario a los intereses libertarios y paralelamente, en el Senado, se conoció la renuncia de Claudia Rucci, una funcionaria muy cercana a la vicepresidente Victoria Villarruel.
En lo que va del mandato de Javier Milei, el recambio de funcionarios fue algo habitual y los movimientos y renuncias nunca cesaron. La cuestión es que ahora parecen estar ligados a la necesidad del oficialismo de alinear a toda la tropa propia para mostrarse sin fisuras ni dobleces de cara a la compleja campaña electoral.
Verticalismo sin contemplaciones más allá de los razonamientos y la lógica. El Gobierno hace gala de un nuevo tipo de pragmatismo.