La abogada Florencia González, especialista en derechos humanos de las mujeres y las diversidades, profundizó sobre las implicancias de la reciente propuesta de eliminar la figura del femicidio en el Código Penal. Esta figura, incorporada en 2012, tiene como objetivo visibilizar y penar la violencia extrema contra las mujeres y dar un marco legal específico para su tratamiento en el sistema judicial.
La importancia del femicidio como categoría política
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, González comenzó explicando que la figura del femicidio no fue creada por un grupo de feministas o una “moda”, como algunos sostienen erróneamente, sino que nació como una herramienta jurídica para visibilizar y dar nombre a una problemática histórica: la violencia machista extrema. En este sentido, la abogada aclaró que “el femicidio es una categoría política, pero no partidaria, porque su objetivo es transformar una realidad social que estaba naturalizada”, refiriéndose al asesinato de mujeres por cuestiones de género.
“En primer lugar, hay que tener en cuenta que la palabra femicidio propiamente dicha no es una palabra que se utiliza en el Código Penal, sino que es una palabra que se empezó a utilizar de manera social y cultural para poner nombre o darle un sentido a la problemática histórica que venimos viviendo las mujeres”, subrayó González, quien destacó la relevancia de la figura en tanto denuncia y respuesta jurídica frente a esta grave forma de violencia.
González también aclaró que no todo homicidio hacia una mujer es considerado femicidio: “En el 2012, tras la sanción de la ley 26.791, se incorpora en el Código Penal en el inciso 11 del artículo 80 como un agravante del homicidio, cuando ese homicidio hubiere sido perpetuado en un contexto de violencia de género de un hombre hacia una mujer. Eso es importante entenderlo, tienen que darse ciertas cuestiones para ser considerado como un femicidio. Para que eso suceda, tiene que haber mediado violencia de género de un hombre hacia una mujer”.
Respecto a lo que sucedía antes de que esta herramienta jurídica existiese, explicó que “antes se utilizaban conceptos erróneos para justificar esta violencia. De pronto nos encontrábamos con jueces, fiscales y abogados defensores que utilizaban, por ejemplo, el concepto de crimen pasional o el famoso estado de emoción violenta para justificarlo, ‘la mató por celos’ o ‘esa situación lo llevó a una situación de emoción violenta en donde no pudo controlar sus actos’. Y muchas veces no solamente se justificaba y se naturalizaba la violencia, sino que esos crímenes quedaban impunes bajo esa figura”, agregó.
Las consecuencias de eliminar esta figura jurídica
La abogada destacó que la eliminación del femicidio como figura jurídica traería serias consecuencias no solo en el ámbito legal, sino también en la conciencia social. Según González, “si se llegara a eliminar esta figura, no solo habría una carencia de sentido jurídico total, sino que también se estaría enviando un mensaje equivocado, donde se naturaliza la violencia y se dice ‘sigan matando a las mujeres, total no pasa nada’”. Este mensaje, según la abogada, sería un grave retroceso en la lucha contra la violencia de género.
“La figura del femicidio opera como una herramienta que no solo tiene un impacto punitivo, sino que también cumple una función cultural, generando conciencia en la sociedad y fomentando un cambio de pautas sociales”, argumentó González, quien citó el ejemplo de las restricciones al consumo de tabaco, que a lo largo del tiempo contribuyeron a transformar los hábitos culturales.
También señaló que “más allá de las declaraciones que puedan hacer para instaurar social y culturalmente esta idea, recordemos que el Código Penal no se modifica de un día para el otro, de una noche a la mañana, cualquier modificación debe ser necesariamente aprobada por el Congreso de la Nación a través de un proceso establecido en la CN, ya que los decretos presidenciales no pueden alterar la legislación penal”.
Una herramienta para prevenir y educar
La especialista también subrayó que el agravante de femicidio tiene un rol fundamental en la prevención de crímenes de género, al proporcionar una categoría legal que visibiliza el problema y permite una respuesta punitiva adecuada. “Además de la pena, la figura del femicidio tiene un poder educativo: hace que la sociedad se cuestione y reflexione sobre esta problemática”, expresó.
González agregó que, aunque en la aplicación de la norma pueden existir excesos, estos no justifican la eliminación de una herramienta jurídica que ha demostrado ser crucial para la protección de los derechos de las mujeres. “Es mucho más productivo mejorar los mecanismos de implementación y trabajar en la capacitación de quienes aplican la normativa”, remarcó.
Consecuencias negativas
Lo preocupante, no obstante, es que en caso de llegar a término la eliminación de esta figura jurídica, “tendría consecuencias negativas, porque los condenados hasta hoy en día, por esta figura, podrían solicitar la revisión de sus sentencias, teniendo en cuenta un principio en la ley penal que se llama el Principio de la retroactividad de la ley más benigna. En ese caso, por ejemplo, los crímenes pueden ser recategorizados como homicidios simples, o incluso agravados por otros motivos y eso implicaría penas menores, un debilitamiento del reconocimiento de la violencia de género, y sería interpretarse como un mensaje de menor reprochabilidad hacia esos crímenes”.
Desinformación y violencia estructural
Finalmente, González planteó su preocupación por los discursos políticos que buscan eliminar no solo la figura del femicidio, sino también otras leyes de género, como la Ley Micaela y el DNI no binario. “Detrás de esta supuesta ‘batalla cultural’ se esconden discursos de odio que fomentan la violencia contra sectores históricamente vulnerados, como las mujeres y la comunidad LGBTIQ+”, indicó.
“Es preocupante que, en un contexto de desinformación, se sigan impulsando estos discursos que, en lugar de buscar soluciones, perpetúan las desigualdades estructurales y la violencia”, concluyó González.
“Quedaremos totalmente desamparadas”
Carla Talavera, coordinadora provincial de MuMaLa Misiones, también expresó su preocupación por la posible eliminación de esta figura del Código Penal, en conversación con FM 89.3 Santa María de las Misiones.
“Esto de querer eliminar la figura del femicidio es algo terrible, nosotros hemos cerrado el 2024 en Argentina con 255 femicidios, una cifra alarmante“, alertó y recordó que en estos primeros días del año ya se registró un caso en Misiones, en referencia al crimen de Amanda Muller ocurrido en Santa Ana, “que ha recorrió todos los medios provinciales y nacionales por lo brutal y terrible que fue”.
Talavera comentó que en 2024, de los 255 casos de femicidios que MuMaLa registró, un total de 222 niñas, niños y adolescentes quedaron sin madre, y en la gran mayoría también sin padre, “porque en el 46% de los casos es la pareja o expareja el que comete el femicidio”.
La coordinadora provincial de MuMaLa Misiones alertó que a día de hoy, y a pesar de que existan estas legislaciones, resulta muy difícil llegar a un juicio donde exista una real perspectiva de género, “imaginémonos que esto llegase a ocurrir -que se logre la derogación de la figura de femicidio-, quedamos totalmente desamparadas”.
Por último, Talavera también lamentó el retroceso en materia de derecho que podría significar eliminar otras normativas como la Ley de Identidad de Género y el cupo laboral trans. “Es un retroceso total. Si se llega a hacer lo que expresa el Gobierno nacional, van a destruir todo lo que se ha logrado construir”.