El Centro de Desarrollo Infantil (CDI) del barrio Santa Rita en Posadas, ubicado en Monseñor de Andrea 4248, enfrenta una situación crítica. Según relató Stella Maris Valiente (72), coordinadora del espacio, a PRIMERA EDICIÓN, “en 14 días, 9 robos en forma casi consecutiva, con el agravante de que en una oportunidad uno de los ladrones quedó dormido en la sala, entró de preso viernes y el lunes le soltaron y a la noche volvió a entrar”.
“Nos tomaron el pelo”, lamentó Stella, quien detalló que cada intento de reparar los daños terminaba en nuevos destrozos: “Arreglábamos un agujero, abrían un boquete. Así nos vaciaron todo”. Entre los elementos robados se encuentran utensilios de cocina, ventiladores, griferías y una cámara de seguridad que no han podido reponer.
La inseguridad también afectó la confianza de las familias. “Después de tantos episodios, la matrícula se redujo porque los padres tenían miedo”, explicó. Uno de los incidentes más graves ocurrió cuando los ladrones dejaron abierta una llave de gas. “Había 20 niños en el lugar. Fue horrible porque el olor era insoportable y los padres entraron en pánico”, agregó.
A pulmón
El comedor y guardería funciona gracias al esfuerzo de 14 voluntarios, quienes no reciben salario y se sostienen con un plato de comida para sus familias. “En mi caso, llevo 27 años trabajando acá, y hoy más que nunca necesitamos ayuda para seguir”, destacó Stella, quien además es profesora de educación primaria con formación en psicología infantil.
En el CDI se atienden niños de entre 1 año y 4 años. Allí reciben desayuno y almuerzo preparados con el asesoramiento de una nutricionista. Los alimentos son provistos por una ONG, mientras que otros gastos, como verduras y materiales, se solventan con donaciones y la colaboración de los propios voluntarios.
Necesidades urgentes
Las pérdidas materiales han complicado el funcionamiento del espacio. Los niños deben turnarse para usar las pocas tazas y platos que quedan, mientras que los utensilios de cocina básicos están prácticamente agotados. “Hace poco me dio mucha lástima porque nos donaron cucharitas descartables de cotillón, pero se rompen cuando los nenes las usan. Nosotros les damos yogur con cereal”, contó Stella con pesar.
Entre los elementos más urgentes que el comedor necesita se encuentran:
• Utensilios de cocina: cucharas, platos, tazas, jarras, vasos.
• Ventiladores, debido al calor en las salas.
• Ropa de cama: sábanas, frazadas.
• Griferías y canillas, especialmente para la cocina, baldes.
• Pava eléctrica para calentar agua.
• Pintura y materiales para reparar goteras y humedades. “Si hay gente que tiene buena voluntad y se ofrece a ayudarnos a pintar dibujos infantiles en el frente, entonces así nos identifica que este es un lugar donde hay niños, estaríamos muy agradecidos”, enfatizó.
• Mano de obra voluntaria para arreglos y mejoras en las instalaciones.
Un obstáculo constante
Pese a reiteradas denuncias, la inseguridad sigue siendo una preocupación. “Los robos también afectan a la escuela del barrio. Los ladrones viven cerca y, en muchos casos, están bajo los efectos de drogas”, detalló Stella. El comedor ha considerado contratar personal de seguridad, pero carecen de recursos para costearlo.
Cómo ayudar
El Centro de Desarrollo Infantil Santa Rita nunca ha cerrado sus puertas, ni siquiera durante vacaciones o feriados. “los niños continúan viniendo porque los padres trabajan, ellos no se van todos de vacaciones y el estómago no espera”, afirmó Stella.
Sin embargo, para continuar con su labor, necesitan la colaboración de la comunidad. Quienes deseen ayudar pueden acercar donaciones al comedor o contactarse a través del número de teléfono 3764 -147497.
“Todo suma: lo que tengan en casa y no usen, desde utensilios hasta pintura. Es para que los chicos puedan estar en un lugar digno”, expresaron desde el Centro.