Un trágico accidente aéreo ocurrido durante el vuelo 5342 de American Eagle en Washington D.C. dejó 64 víctimas fatales, entre ellas el argentino Luciano Aparicio, destacado empresario del sector energético, y su hijo Franco, de tan solo 13 años. La aeronave, que se dirigía al Aeropuerto Nacional Ronald Reagan, colisionó con un helicóptero militar en circunstancias que aún son objeto de investigación.
Aparicio, contador egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA), desempeñaba un rol clave en la multinacional AES Corporation, una de las principales compañías dedicadas a la generación y distribución de energía eléctrica, con sede en Arlington, Virginia. Desde su ingreso en 2002, su carrera fue en constante ascenso hasta convertirse en Director General de Fusiones y Adquisiciones.
En este cargo, lideraba la estrategia global de la empresa en nuevas adquisiciones, asociaciones y desinversiones. Además, impulsaba proyectos de desarrollo de energías renovables, almacenamiento de baterías en California y asesoraba en la toma de decisiones comerciales clave para la compañía.
El ejecutivo contaba con un Máster en Administración de Empresas (MBA) de la Universidad de Tulane/Universidad de Chile y había completado programas de liderazgo financiero y estratégico en la Universidad de Virginia. Desde AES destacaron sus “fuertes capacidades financieras, visión estratégica y enfoque en la energía renovable”.