El rescate de César, un mono carayá (Alouatta caraya) atropellado en la zona de Apóstoles, marcó un hito en la atención de fauna silvestre en Argentina. Gracias a una intervención quirúrgica sin precedentes, el primate fue sometido a múltiples cirugías en simultáneo, lo que le brinda una nueva oportunidad para regresar a su hábitat natural. La noticia se conoció este martes y se espera la pronta recuperación del ejemplar para poder repoblar una zona crítica para la especie en Misiones.
Fernando Piesco, director del Centro de Rescate de Fauna Silvestre OHANA, relató cómo comenzó el caso: “Nosotros fuimos alertados por parte del Ministerio de Ecología sobre este atropellamiento. Cuando fuimos a buscar al animal, nos encontramos con un panorama bastante complicado”, expresó en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
Las lesiones de César eran severas, “Tenía múltiples fracturas, en la rodilla, en la cadera y en la mandíbula. Además, tenía la clavícula luxada y prácticamente la lengua seccionada por completo, colgando de un solo pedacito de carne”, detalló Piesco. Como si fuera poco, también presentaba una grave afectación en la zona genital.
Frente a este cuadro, se tomó la decisión de realizar una intervención inédita en la región. “Era algo que no se había hecho nunca: una cirugía con profesionales de distintas disciplinas trabajando en simultáneo para aprovechar la misma anestesia y reducir el riesgo quirúrgico”, explicó el director del centro. El equipo de especialistas incluyó a la médica veterinaria María Marta Noro, el cirujano especialista en ortodoncia Marcos Arnholt, el anestesista Sebastián Pujol y el traumatólogo Diego Hordadyn. La cirugía abordó de manera integral todas las fracturas y lesiones del mono carayá.
Dos semanas después de la intervención, la evolución de César es favorable. “Al principio estaba muy estresado porque el espacio en el que está es reducido, ya que las fracturas aún deben consolidar. Pero ya empezó con los tratamientos de kinesiología y magnetoterapia para acelerar la cicatrización y recuperación de sus heridas“, explicó Piesco.
Según los pronósticos del equipo veterinario, en unas semanas podría moverse en un espacio más amplio. “Tenemos esperanzas de que en 15 o 20 días ya pueda pasar a un lugar más grande para comenzar a recuperar movilidad y musculatura”, agregó.
El objetivo final es reintroducir a César en la selva misionera, en una zona donde su especie ha sido diezmada.
“En Salto Encantado, la población de mono carayá está muy reducida. Solo tenemos registrada una hembra en toda el área”, afirmó Piesco. Por este motivo, el equipo de rescatistas espera que César pueda contribuir a la recuperación de la especie en la zona. “Si el Ministerio de Ecología lo permite, él podría ser el precursor de la recuperación del mono carayá en esta área”, explicó.
El nombre del primate no es casual: “Los cuidadores le pusieron César en alusión al personaje de ‘El Planeta de los Simios’, porque en la historia es él quien inicia un gran cambio. Nosotros esperamos que nuestro César también pueda generar un impacto positivo en la conservación de su especie”.
La compleja cirugía de César tuvo un costo de más de un millón de pesos, una cifra que fue cubierta gracias a la solidaridad de cientos de personas. “Se pudo lograr gracias al apoyo de muchas personas que hicieron eco de la causa y realizaron donaciones voluntarias”, destacó Piesco.
Para el director del centro de rescate, esta intervención tenía un solo propósito: “Esta cirugía se hizo puntualmente para que él pueda volver a la vida silvestre. Si no la realizábamos, habría quedado con limitaciones motrices y secuelas que le habrían impedido regresar a la naturaleza”.
Según expone el comunicado de la noticia, el tratamiento de César fue posible gracias a la Fundación Dante Piesco, que gestiona el Centro de Rescate OHANA con el objetivo de reducir la pérdida de biodiversidad, restaurar los ecosistemas y devolver la libertad a los animales silvestres afectados por actividades humanas. La intervención, que por su complejidad superó el millón de pesos en costos, fue financiada gracias a la solidaridad de cientos de personas que realizaron donaciones a través de una colecta organizada por la fundación. La campaña fue respaldada por diversas organizaciones animalistas de todo el país, entre ellas Proyecto Galgo Argentina y Movimiento Animalista de Córdoba, demostrando que la cooperación y el compromiso ciudadano pueden marcar la diferencia en la conservación de la fauna silvestre.
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