En la madrugada del 5 de febrero de 2000, un suboficial de Gendarmería Nacional perdió la vida en un confuso tiroteo registrado en las márgenes del arroyo San Juan, en jurisdicción de Santa Ana y a unos 30 kilómetro de Posadas.
El cabo Néstor Fabián Vides (29) era oriundo de Formosa y cumplía servicios en el Escuadrón 50 de GN. Aquella fatídica jornada integraba una patrulla de civil que vigilaba la zona ante el posible ingreso de cigarrillos y marihuana desde Paraguay.
Él y sus camaradas estuvieron hasta las 2 en una zona de campo y luego emprendieron una caminata en la oscuridad hasta la ruta 12, a esperar que los pasaran a buscar.
Pero antes de llegar a la arteria nacional, se encontraron con varias personas que cargaban enormes cajas en una camioneta. Cuando dieron la voz de alto, recibieron por respuesta una andanada de disparos, uno de los cuales impactó en el pecho de Vides.
El cabo fue arrastrado por sus compañeros hasta la ruta, donde tras varios minutos lograron detener un vehículo para que lo trasladara al hospital, adonde llegó muerto.
Los traficantes huyeron hacia la costa y de ahí se supone que cruzaron a Paraguay, hacia la localidad de Campichuelo.

Tanto Gendarmería como Prefectura Naval montaron un amplio operativo en toda la zona y lograron detener a tres sospechosos, uno de ellos un joven de 17 años de nacionalidad paraguaya, a quien le habían pagado 15 pesos para transportar las cajas de cigarrillos hasta la orilla.
Sin embargo, los tres fueron liberados luego, al constatarse que no habían efectuado disparos de arma de fuego.
Llamativamente, el día posterior al incidente, otro gendarme -en este caso un sargento- fue herido de bala durante uno de los rastrillajes en inmediaciones del arroyo San Juan tendientes a capturar a más contrabandistas vinculados a la muerte de Vides.
Quedó en la nada
Lo cierto es que las investigaciones que se realizaron posteriormente no arrojaron luz sobre lo ocurrido, ya que no hubo detenidos ni tampoco se estableció el tipo y calibre de arma que terminó con la vida del gendarme.
A todo ello, los forenses establecieron que el suboficial muerto presentaba golpes y rasguños, circunstancias que generaron dudas acerca de cómo ocurrieron los hechos.

La viuda, Anabella Monzón, en declaraciones periodísticas de la época, le agregó más intriga a lo sucedido: mencionó que su esposo “andaba detrás de algo, me dijo que los contrabandistas iban a venir a Argentina” y que por comentarios de un camarada de él, a Vides le dispararon desde una camioneta estacionada en la ruta, cuando les alumbró con una linterna.
A pesar de las dudas que aún hoy persisten, oficialmente siempre se sostuvo que el joven suboficial, padre de dos niños, murió durante un enfrentamiento armado con cigarrilleros.