La bronca y el temor de que la violencia aumente en esta capital se perciben con tanta determinación como la sensación térmica de 40 grados. Familias de la comunidad gitana enfrentadas y clamando venganza si la Justicia no encuentra y juzga la responsabilidad de uno de sus integrantes en el crimen de Ramiro Jesús Traico, joven de 24 años atropellado durante la madrugada del miércoles 29 de enero sobre la avenida Quaranta cerca de la rotonda.
Siete días después del inicio del expediente caratulado como “homicidio simple”, el principal buscado permanece en carácter de prófugo y la orden de capturarlo continúa vigente a la par que el juez que investiga lo sucedido, Juan Manuel Monte (Instrucción 2 de la Primera Circunscripción Judicial) analiza las solicitudes de excarcelación de los dos detenidos hasta el momento, quienes también pertenecen a la comunidad gitana y habrían actuado como presuntos encubridores del ataque y fuga.
El pedido de caución juratoria o real, es lo que restaría resolver Monte respecto a estos dos demorados. Pero también se aguarda que, por la actualidad de la instrucción del expediente, puedan interferir en la pesquisa, principalmente influir de alguna manera sobre los testigos de lo que se entiende como una intencionada y trágica colisión vial. Vale aclarar que la investigación está detrás de cuatro sospechosos, entre ellos el joven conductor del Peugeot 408 utilizado para el presunto ataque.
Respecto al supuesto autor, ayer referentes de la familia Traico aseguraron que el buscado fue visto durante las últimas horas en Mar del Plata, bajo la contención de parientes.
La versión no fue confirmada ni descartada hasta el momento, pero se conoció pocas horas después de que los rumores intentaron transformar en noticia que el prófugo se había entregado en el Juzgado de Instrucción 2, de la calle Santa Fe casi Rivadavia, en el centro posadeño. El hecho fue desmentido de inmediato por fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN.

Elementos
Hasta el momento, los testimonios de testigos y las grabaciones de teléfonos celulares sobre lo ocurrido a las 3.44 del miércoles de la semana pasada, sobre la colectora de la avenida Quaranta (ex ruta nacional 12) casi avenida Cocomarola, son las piezas clave para sostener la presunción de un caso de “homicidio simple” (doloso) que le costó la vida al joven Traico.
El expediente aguarda que las conclusiones periciales y accidentológicas que realiza la Dirección Policía Científica se logren en tiempo y forma y sean analizadas por el juez de la causa. Estos resultados determinarían velocidad y punto de impacto de lo que se baraja como un ataque intencional, una acción violenta con un vehículo motor y contra un peatón en el momento.
Sobre el origen de la discusión y pelea que terminó con sangre y muerte en el asfalto, se sostiene entre las voces contactadas por este Diario que, la violencia se inició a causa de una joven de la comunidad que había viajado a Buenos Aires llevada por otro integrante para que hiciera trabajos ilegales.
Familiares de la muchacha reclamaron a los presuntos responsables de la desaparición y la situación se caldeó con amenazas y agresiones a botellazos en la calle. Corridas y golpes hasta que uno de los contendientes se subió a un Peugeot 408, ingresó de contramano en la colectora y embistió a Ramiro Traico.
El joven fue llevado por sus hermanos al Hospital Madariaga pero ya sin vida por los traumatismos de cráneo y pecho que sufrió.
La reacción fue violenta también. Dos casas fueron quemadas pocos minutos después, en la misma zona del crimen.