Hoy es un día sagrado, un instante eterno en el que el universo se manifiesta a través de cada respiro, de cada latido. Es un momento para detenernos y sentir la inmensidad de la vida que pulsa dentro y fuera nuestro recordándonos que somos más que materia, más que pensamientos: somos chispa divina, fragmentos del infinito experimentando la belleza de la creación ya que la vida no es solo una experiencia que atravesamos; es una danza sagrada que creamos en cada instante. Cada pensamiento, cada palabra y cada acción son pinceladas en el lienzo eterno de nuestra existencia.
La vida nos invita a recordar que somos un latido en el corazón del Universo. Cada respiración que tomamos es un canto divino que nos conecta con todo lo que existe. En el susurro del viento, en el brillo del sol y en el murmullo de nuestra propia alma, encontramos la voz del Gran Espíritu recordándonos nuestra naturaleza infinita. Permítete abrazar este día como un regalo divino, donde cada experiencia, sea dulce o desafiante, es una oportunidad para despertar más profundamente al amor incondicional.
Deja que tu corazón se abra irradiando compasión, paz y entendimiento hacia todo ser que cruce tu camino. En este espacio de amor, reconocemos que no hay separación sino que todos somos uno en el vasto océano de la conciencia universal.
Respira profundamente y siente la conexión con la Madre Tierra, con el cielo que te cobija y con el misterio que te sostiene. Confía en el flujo divino de la vida y permite que la esperanza renazca en tu alma. Eres un canal de luz, una semilla de amor que tiene el poder de transformar este mundo con tus actos conscientes y tus pensamientos elevados.
Siente la bendición de estar vivo. Mira tus manos: son herramientas sagradas para construir amor. Mira tus ojos: son ventanas que iluminan la verdad. Mira tu corazón: es un faro que irradia luz, incluso en la más profunda oscuridad
Camina con amor, habla con ternura y vive con la certeza de que eres una chispa divina en el inmenso océano del Todo. Y así, en cada respiro y en cada mirada, recordarás que el propósito más grande de la vida es simplemente amar, porque en el amor habita el origen y el destino de todo lo que somos.
Eres amor, eres luz, eres eternidad. Que tu día sea una expresión divina de la perfección que ya eres.
Que el sagrado Sol siga iluminando tus pasos.
Karina Holoveski
Mujer Medicina-Chamana.
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