“Solo hay dos formas de vivir la vida: una, es pensando que nada es un milagro y la otra, es creer que todo lo es”, Albert Einstein. ¿Consideras que no merecemos tanto sufrimiento o tanto sacrificio para vivir en esta 3D? Creo que tienes razón y es que vivir la vida sintiendo que todo es esfuerzo, tristeza, quejas, llantos y un número de sinsabores no es vivir. Estando así, con esos estados en su alta frecuencia (que es energía baja) solamente repetimos un estado de muerte, de no vida.
Dice Alejandro Jodoroswky que estamos irresistiblemente atraídos por quien nos traerá los problemas necesarios para nuestra propia evolución. Entonces estamos obligados a entender cómo funciona la vida para poder vivirla.
Ingresamos a la Era de Acuario y es el momento de dar ese salto cuántico que venimos posponiendo porque seguimos repitiendo patrones que ya no nos sirven. Fue en la época de nuestros ancestros esa forma de vida de esfuerzo y trabajo forzado sin encontrar nunca la felicidad plena, sin disfrutar realmente, pero ahora todo es diferente.
Sabemos mucho como para continuar haciendo o sintiendo lo mismo. Ahora es entender que nos sentimos atraídos por una persona que nos enseñará algo para nuestra evolución, entonces si comprendemos podremos aprender, dar un paso, evolucionamos y esa persona desaparece para dar paso a otra.
Cuando se nos aparecen trabajos que no nos gustan, personas de pocas luces, con muchos defectos y energías bajas, sabemos que fuimos hacia ellas buscando evolución: las miramos, comprendemos, incorporamos, agradecemos y ya nuestra alma nos lleva de ese lugar a otro. Y así, una y otra vez.
Cuando estamos estancados repitiendo lo mismo, si miramos a nuestro alrededor y nada cambió en los últimos tiempos es el momento de dar un salto. ¿Cómo damos el salto? Estudiando algo nuevo, escribiendo una historia, conociendo nuevas personas, incluso sin salir de casa se puede dar el primer paso.
Cuando estamos sin ganas
Entender que no se trata de depresión sino de ese período de descanso que demanda tu cuerpo y mente después de haber “aprendido” algo. Por ejemplo, viviste un shock, una difícil situación que te tuvo varios días, a veces semanas, hasta que diste con la solución. Si evitas el período de descanso estás también evitando la comprensión de todo lo sucedido. Esos momentos son para tomar un té, un mate, escribir y detectar el aprendizaje. Si te salteas esos momentos sin entender entonces se producirá lo que ya sabes: volverás a vivir otra situación similar y así hasta que te tomes tu té de comprensión.
En todos los procesos estamos obligados a ser amables con nosotros mismos para poder salir ilesos del revolcón de emociones.
Si no te gusta lo que ves, acepta y haz algo. Muchas veces nos quedamos en la queja porque pensamos que el problema está afuera y por ende no está en nuestras manos la solución: ¡error! Todo está en nuestras manos, está dentro nuestro, tenemos la herramienta para cada circunstancia, el problema es que no la usamos y elegimos seguir en víctimas.
Eso a lo que tanto me resisto hoy es lo que necesito para mi evolución porque nuestra alma está en constante proceso de desarrollo, no se detiene, siempre quiere aprender para evolucionar todo lo que pueda en este plano y así poder volver a la fuente con mucha más experiencia.
Cuando nos estancamos, lo único que estamos haciendo es posponer ese aprendizaje que no será superado hasta que aprendamos, o no.
Está científicamente comprobado que el ser humano aprende ante las dificultades. Los desafíos son los que dan color a nuestra vida porque es como que nos ponen una inyección de pasión, de fuerza para la acción. Cuando antes lo hagamos, antes pasaremos a la prueba siguiente.
Por qué creen que ante un mismo suceso para algunos es lo peor de su vida y para otros una oportunidad. Porque quienes lo viven como lo peor están en modo víctima, actitud aprendida que se puede modificar. No detenerse al lamento es fundamental para salir adelante con más sabiduría, más fortalecidos, más sabios y más felices.
Solo hay aprendizaje
Tu alma encarna en este plano para evolucionar, experimentar, para equivocarse, aprender y volver a empezar… Ese es el juego de la vida. No te cargues de culpa por tus errores, es todo un aprendizaje. Dice Fran Pallarés: “Para tu evolución no hay errores, solo aprendizaje”.
Mientras evolucionas verás que quienes te apoyan son los extraños, más que tus amigos y parientes. Esto ocurre porque vienen del mismo que lugar que vos y les cuesta creer o aceptar que avances mientras ellos todavía no lo hacen.
Mientras avanzas agradece, a tu mente, a tu alma, a tus dones, a todo lo que te permite dar el salto.
¿Qué ocurrirá en el camino? Una voz en tu interior te dirá: “es demasiado”, “con esto no puedo”, “es culpa de otro”, “por qué a mi”. Si quieres te respondes así acallas tus miedos: “ahora sí estoy listo”, “mirándolo bien sí puedo con esto”.
Una forma rápida de salir del mal momento es llorando todo lo que hay que llorar. Ponerte una fecha límite: lloro todo hoy y mañana busco la solución. Si duele más, pues te das unos días más, pero no más de una semana. Ahí es el momento de comenzar a reparar, de buscar respuestas y alternativas para ponerlas en práctica de inmediato.
Patrones que retrasan tu evolución: Ceder a otros el control de tu propia vida. Poner resistencia al cambio. No discernir entre lo que es nuestro o de otros. No arriesgarse, querer complacer a otros.
Apegarse al pasado. Comprarse con otros. Somos únicos y cada quien tiene sus propias herramientas. Usa las tuyas y dale a tu alma esa evolución que te hará feliz.
Por Rosanna Toraglio
Periodista de Primera Edición- Psicoterapeuta