El ascenso del presidente Javier Milei en la escena internacional llegó atada en buena parte a su buena relación, al menos en lo aparente, con su par estadounidense Donald Trump. Sin embargo, ello lejos está de asemejarlos en la práctica política y/o económica.
Mientras el argentino abre importaciones a mansalva para moderar la inflación aún latente, el norteamericano impone aranceles a la llegada de productos poniendo de cabeza el comercio global. La decisión de subir 25% la alícuota a las importaciones de aluminio y acero impactará sobre las ventas de las industrias argentinas Aluar, Techint y Tenaris y eso es imposible de disimular.
Las proyecciones para este año eran exportar unos US$ 650 millones de ambos productos por parte de las fábricas locales. Ahora, como se encarecerán los precios, es casi seguro que el nivel de ventas caerá fuerte, confiaron expertos locales.
A partir de ahora Milei deberá bucear en el océano de la diplomacia para que a la producción argentina no se le cierren mercados de, paradójicamente, sus propios aliados en el mundo.