Brasil enfrenta una ola de calor que azota principalmente la región metropolitana del país y amenaza con romper récords históricos de temperatura. En medio de los carnavales y las festividades, el clima extremo pone en alerta a varios estados, y las autoridades meteorológicas advierten que la situación se agravará la próxima semana.
Según el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet), este lunes, Río de Janeiro podría alcanzar los 40°C. Con una humedad de hasta el 80%, la sensación térmica en la ciudad podría superar los 60°, llegando a los 62,7°, la cifra más alta desde marzo de 2024. Sin embargo, los expertos advierten que incluso con una humedad del 50%, las temperaturas podrían rozar los 51,6°.
El pronóstico para la próxima semana es igualmente alarmante: una temperatura media de 36°C y una sensación térmica por encima de los 50°. La escasez de lluvias prolongará esta ola de calor hasta, al menos, el 21 de febrero, afectando especialmente a los estados de Río de Janeiro, Río Grande do Sul, Minas Gerais, Bahía, Pernambuco y Piauí.
Ante este panorama, las autoridades de Río Grande do Sul han tomado medidas drásticas: se suspendieron las clases en las 2.320 escuelas estatales debido a la falta de infraestructura y recursos para enfrentar las altas temperaturas en las aulas. La medida ha sido bien recibida por los docentes, quienes celebraron la decisión por la falta de ventilación adecuada y de fuentes de agua para los estudiantes.
El origen de esta ola de calor extrema no puede explicarse por un solo factor. Wallace Menezes, profesor de meteorología de la Universidad Federal de Río de Janeiro, explicó que Río es una “isla de calor urbana” debido a la acumulación de asfalto, emisiones de vehículos e industrias. Además, el relieve de la ciudad, rodeado por montañas, contribuye a que el calor se quede atrapado, creando un sistema de alta presión que intensifica las altas temperaturas.
Otro factor relevante es el aumento de las temperaturas en el océano Atlántico, que provoca una brisa cálida en lugar de un viento fresco, lo que agrava la sensación térmica.
A nivel global, el cambio climático también se hace sentir. La ONU advirtió que enero de 2025 fue el mes más caluroso registrado desde que existen datos, con una temperatura global 1,75°C por encima de los niveles preindustriales, superando el umbral de 1,5°C establecido en el Acuerdo de París.
Las altas temperaturas presentan riesgos para la salud. Los expertos han instado a la población a tomar precauciones, especialmente con el aumento de la humedad, que impide la evaporación del sudor y pone al organismo bajo un esfuerzo adicional para mantenerse en equilibrio. Se recomienda evitar la exposición al sol entre las 10:00 y las 16:00, mantenerse hidratado, usar ropa ligera y fresca, y buscar refugio en lugares ventilados.