El mundo musical es tan amplio que permite infinitas posibilidades de creación, producción y ejecución. En este sentido, no es tan usual encontrar bandas o artistas que se dediquen a tocar instrumentos poco convencionales; y más aún, si estos no son propios o frecuentes en nuestra cultura y tradición.
Una de las últimas ediciones del segmento Enlace Sonoro, que se emite en FM Santa María de las Misiones, contó con la presencia de Nicolás Guanes. Él, oriundo de Posadas, es multiinstrumentista, licenciado en música y docente. Sin embargo, hay un instrumento que le apasiona y en el cual se especializa: la gaita gallega.
En una amena charla, Nicolás habló sobre la profesionalización y salida laboral en la música y contó sus experiencias de viajes e integración con este particular instrumento.
Desde casa
Comentó que el gusto por la música en general surgió desde pequeño y en el entorno familiar; de hecho, su padre también es músico. Al principio no se interesó precisamente por las corrientes gallegas, porque esa arista la descubrió años después; sino que las primeras incursiones estuvieron ligadas a las raíces de la región. “Mi interés viene desde casa, cuando se armaban guitarreadas; no se tocaba ni se escuchaba música de Galicia ni de Asturias, sino música regional, paraguaya”, recordó.
Sin embargo, con el pasar del tiempo y tratando de redefinir su camino, “comencé a buscar entre los antepasados, su cultura y demás, y ahí conocí y desarrollé la pasión por la música, el folclore de Galicia, de Asturias, y fue así como terminé tocando gaita”, relató.
La música como profesión
Cuando supo que su interés por este arte no era pasajero, Nicolás decidió estudiar y especializarse para dedicarse a esto de manera profesional. “Desde que fui muy chico, que mi papá me enseñó el primer acorde, yo sabía que sería complicado trabajar de esto; por las condiciones vulnerables, la inestabilidad, la salida laboral; tenés que estar todo el tiempo activo con proyectos. Él siempre me dijo que es un trabajo sacrificado”, contó.
Esto Nico lo entendió bien, y con el objetivo definido, emprendió su formación. Primero, estudió la Tecnicatura en Intérprete de Música Popular en la Escuela Superior de Música de Misiones (ESMU). Después, se mudó a Buenos Aires y en la Universidad de La Plata inició la carrera de profesorado y licenciatura en música, las cuales finalizó el año pasado.
Resaltó que tuvo el apoyo de sus padres y eso fue fundamental, “porque suele haber resistencia cuando un hijo decide dedicarse a una carrera artística, pero ellos siempre me acompañaron”.
Sobre las líneas de especialización, precisó que un camino es la docencia y otro la investigación. En su caso, explora y ejerce como profesor y también continúa formándose y aprendiendo sobre música gallega. “En la licenciatura hice la orientación de música popular, entonces las herramientas que tengo son específicamente para toda la música que no es erudita, para la música de los pueblos regionales con foco en Latinoamérica”, explicó el artista, y esto le sirvió como base para ampliar su conocimiento: “Extendí mi área de aplicación también a otros lugares, como en este caso, Galicia y Asturias”.
Sobre su salida laboral actual, Nicolás contó que se dedica a dirigir y enseñar gaitas de música tradicional gallega en el Centro Gallego de La Plata. Además, ejerce la docencia particular de música en un instituto privado y también en la educación pública
Particularidad de la gaita gallega
Ni escocesa ni irlandesa. Este instrumento proveniente de España tiene su peculiar historia y contexto cultural. Nicolás describió que Galicia “tiene una conexión, un sentimiento de propiedad inmenso sobre la gaita. Fue una práctica perseguida durante determinados períodos históricos, pero por suerte se pudo conservar la tradición y su diversidad de manifestaciones”.
En este punto, aclaró que Galicia es una comunidad autónoma muy amplia, y cuentan con distintos tipos de gaita; “existen distintas formas de tocar y de repertorio, la gente lo vive como algo del día a día. Es más común ver una gaita en Galicia que una guitarra, es muy cultural”, resumió.
Incluso los contextos en los que se ejecuta este instrumento tienen sus propias características, que se diferencian de su uso en otros países -como Irlanda y Escocia- donde su finalidad es generalmente acompañar momentos solemnes. “En Galicia, aparte de tocar gaita en marchas profesionales, fiestas patronales y populares, lo que más se ve es que se toca para bailar, celebrar, beber, enamorarse, en fin, divertirse“, aclaró Nicolás sobre el uso tradicional.
Agregó que el formato de la fiesta hoy en día es la foliada, “que en gallego significa fiesta”. Describió que se trata de un espacio o encuentro donde se reúnen sobre todo gaiteros y percusionistas. “En las foliadas alguien tira una pieza, se empieza a tocar a la par y la gente va bailando los puntos; de repente termina; se tira otra pieza, y se sigue”, contó.
Poco convencional
Como lo habíamos mencionado al principio, es bastante inusual ver personas que toquen la gaita, y particularmente la gaita gallega. Por lo tanto, su sonido llama la atención y la reacción de la gente, mínimo, es voltearse a mirar o curiosear qué es lo que suena.
Cuando estaba en Posadas, en algunas ocasiones Nicolás decidió salir a ensayar a la Costanera, “para que descansen un poco mis vecinos”, contó entre risas. Esa experiencia fue interesante, “no pasa desapercibido, y aunque la gaita tiene un sonido extraño, atrae a la gente, que por ahí pasa y se queda escuchando alguna pieza”.
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