El escándalo cripto que envuelve hoy al presidente Javier Milei y a su entorno más próximo cambió rotundamente el escenario de la política y la economía y genera nuevos tópicos que condicionan las decisiones y los comportamientos de aquí en más. Seguramente sea una de las pocas veces en lo que Milei lleva de mandato que no posteó ni reposteó nada por dos días consecutivos. El ejército de trolls lleva al menos 72 horas de descanso. La oposición hace lo que mejor le sale, reaccionar a lo que le ofrecen (hay cosas que no cambian) y el oficialismo busca salidas a un escándalo que “compró” sin que nadie lo hubiera ofrecido.
La economía reacciona como sucede en Argentina cada vez que la política “hace ruido”. El dólar blue despertó y tomó ritmo ascendente, las acciones del mundo financiero, altamente beneficiadas en los últimos meses, huelen algo raro y toman distancia al igual que los “aliados” del Gobierno.
En cuestión de horas La Libertad Avanza recibió piñas como las que está acostumbrada a dar. Milei perdió por estas horas la iniciativa y seguramente la recuperará en el futuro, pero ya entiende cabalmente los riesgos de gobernar sin moderación.