La industria maderera de Misiones enfrenta una tormenta perfecta: mientras la construcción y -por lo tanto-, también el sector forestal siguen estancados por la falta de créditos a tasas tentadoras, la incertidumbre por el mercado externo también domina el panorama por causa del arancel del 25% que EEUU podría imponerle a las exportaciones.
En este contexto, las empresas intentan sostenerse con márgenes por debajo de la capacidad instalada y otras estrategias de supervivencia.
Cristian Gruber, secretario de AMAYADAP, advirtió que la medida podría paralizar el sector porque su principal mercado, el interno todavía “no despega”.
“Si una casa en EEUU pasa de costar 100 mil dólares a 125 mil dólares, la demanda cae. Y cuando la demanda cae, toda la cadena productiva se resiente”, ejemplificó.
El impacto no es solo comercial. El Gobierno estadounidense analiza liberar bosques federales para abastecer a sus propios aserraderos, una decisión que podría marginar aún más a los exportadores.
“Trump quiere reactivar la industria interna, pero aún es un plan en estudio. Con este panorama incierto el sector entró en ‘modo mantenimiento’ y no despega”, explicó en tanto el ingeniero forestal Guido Meza, empresario exportador del sector.
“Hay que bajar las tasas”
De acuerdo a lo que ambos manifestaron a este Diario, la construcción sigue frenada y la falta de financiamiento agrava la crisis.
“Los créditos hipotecarios en EEUU son caros a una tasa del 8% anual, pero en Argentina directamente son impagables: más del 40% anual. Nadie toma un préstamo así y los bancos que los están otorgando, no lo destinan a la construcción, sino a la compra y venta de bienes ya construidos, porque si quien lo tomó deja de pagar su crédito, con un remate puede recuperar el dinero. No es por nada el fuerte crecimiento de escrituración de inmuebles que viene ocurriendo”, afirmó Cristian Gruber, en otro tramo de la amplia charla.
Para el secretario de AMAYADAP, la consecuencia es clara: sin acceso a crédito, la construcción de viviendas nuevas se desploma, arrastrando a toda la industria maderera. “Hoy es más barato comprar una casa hecha que construir una nueva. Por eso, los bancos prefieren prestar para la compra y venta de inmuebles ya existentes” agregó.
Costos, logística y fortalezas
Según el análisis del ingeniero Guido Meza, el sector exportador enfrenta además un problema estructural: los costos logísticos, que para él son demasiado altos para competir en el mercado global.
“Las PyME no pueden mandar volumen por nuestro puerto y tampoco tenemos tren de cargas. Esto nos deja fuera de la ecuación en los costos” explicó Meza.
Quien acotó: “Para colmo, el precio del pino sigue cayendo, afectando a los productores de materia prima”.
Pero no todo es negativo, de acuerdo a los términos en que se expresó Meza, ya que las medidas de arancelamiento tomadas por el presidente de EEUU Donald Trump, podrían convertirse en ventaja.
“Argentina podría ganar competitividad momentánea si China y Brasil, afectados por aranceles aún más altos, quedan fuera del mercado”, advirtió el especialista. “Aun así, nuestras exportaciones representan solo el 3% del consumo en EEUU. No movemos la aguja”, agregó luego.
Por el momento, según el panorama aportado por dos de los exportadores más importantes de la tierra colorada, las empresas resisten con recorte de márgenes y diversificación de productos, con horizonte que sigue siendo crítico.
“En marzo y abril suele haber un repunte en el consumo de madera tras el receso del verano, y lo mismo ocurre en los EEUU, para quienes comienza la primavera. Entonces, hay expectativas, pero la verdad es que recuperación aún es una incógnita”.
“No tenemos forma de saber quién va a poner la diferencia”
“¿Cuánto tiempo dura el dolor de arrancarse la curita hasta que todo esto se ordene? y para que después no sea peor. Bueno, es la gran pregunta, uno mira los indicadores y hay cosas que están mejorando, pero, por ejemplo, a la construcción todavía le falta. Y le falta mucho.Hay más estabilización, se acomodaron los precios, pero todavía los créditos hipotecarios no están del todo desarrollados, o hay créditos hipotecarios para compra de viviendas que ya están construidas”, es el meollo que tiene paralizado al sector, dijo el secretario de AMAYADAP Cristian Gruber.
“Tanto en Argentina como en Misiones, sobre todo al mercado de la madera le está faltando tracción. Está faltando el financiamiento para la construcción de viviendas nuevas”, reiteró.
Y la gran incógnita que el sector quiere que se devele rápidamente es si van a bajar las tasas de interés de los créditos. Es muy probable que las tasas bajan, si despegue”, confió.
En cuanto al problema del arancel del que podrían “zafar”, si es que el presidente Donald Trump hace una excepción, como dijo públicamente, con las exportaciones argentinas; sin embargo por el momento no hay nada negociado y con esa espada de Damocles sobre la cabeza de los exportadores, sería un problema, dependiendo de a quién se lo apliquen.
“Algunos dicen que si se aplica para todos, entonces va a ser medio lo mismo y se estiman que ese costo se va a ir a traslado al consumidor. Para mí, personalmente, no es así, sino que va a ir justamente hacia los productores. Los costos se van a tirar hacia atrás en la cadena hasta llegar a los aserraderos locales y hasta el productor de rollos también, el proveedor de servicios, todo. Toda la cadena local se va a resentir. Porque no tenemos una forma de decir a ver quién va a poner la diferencia”.
Por otra parte, según la mirada que aportó el exportador Guido Meza, la crisis podría convertirse en oportunidad y es por eso que el sector está en “modo mantenimiento”.
“Tenemos un mercado americano con precios normales a bajos. Tenemos una presión de amenaza, el fantasma de los aranceles y aquí el mercado de la construcción que va de la mano con la madera, no despegó. Pero ojo”, acotó “porque nosotros, si bien, tenemos una condición de exportación, como te digo, no competitiva, dentro de los problemas que tendrán los otros países que también van a estar arancelados, hasta puede ser que nos convenga momentáneamente. China, ya tiene un arancel arriba del 15% y ahora le suben el 20%, van a quedar con una tarifa altísima, acumulada. Brasil, lo mismo. Y Argentina va a quedar, digamos, en mejor posición”, reflejó al mismo tiempo que definió este momento como de mayor incertidumbre, pero con expectativas de comenzar un repunte.