Pasada la 1:20 de la madrugada del domingo 7 al lunes 8 de marzo de 2010, la película argentina “El secreto de sus ojos” se convertía en la segunda (y hasta ahora última, después de “La historia oficial”) que se consagraba como Mejor Película Extranjera en los premios Oscar de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas estadounidense.
El momento en que Pedro Almodóvar y Quentin Tarantino entregaron el Oscar al director del film, Juan José Campanella, fue uno de los más celebrados por el cine argentino y uno de los más sorprendentes de la 82ª gala de premiación.
Su exclamación “Vamos Argentina y un abrazo a los hermanos de Chile”, donde una semana antes se había producido un devastador terremoto, y la imagen de Guillermo Francella (uno de los protagonistas) con su inconfundible sonrisa sobre el escenario quedaron grabada en la memoria de los cinéfilos.
Campanella (quien ya había sido nominado en 2002 por “El hijo de la novia”) afirmó en la conferencia de prensa posterior sentir “una especie de aturdimiento” tras recibir el galardón, mientras que desde Argentina el actor Ricardo Darín, otro de los protagonistas de la cinta, opinó que “ganar el Oscar fue un milagro”.