Mantener la coherencia no es solo pensar, decir y hacer todo en una sola línea o sentido, sino más bien conectarnos con las polaridades de las situaciones y poder, a partir de ahí mantener la unidad, entre la ventura y la desventura, la nutrición y la desnutrición.
La coherencia a nivel ecosistémico involucra un orden, tal como un árbol no puede preceder a la semilla, ni la semilla cuidar del árbol. La ida y vuelta de energía es ineludible, siempre fluye pero en formas y tiempos diferentes, manteniendo un equilibrio, positivo en algunos casos, negativo en otros.
Los órdenes del amor quedaron bien establecidos a partir de los registros impartidos por el padre de las constelaciones Bert Hellinger, allí es posible comprender que las leyes de la naturaleza son válidas para constelar (ordenar con amor) aquellos temas que generen traumas y dolor.
Cuando encontramos las similitudes entre el cielo y la tierra o hallamos factores en común entre las acciones y consecuencias llevadas a cabo generación tras generación es posible desajustar tornillos para que la máquina autómata deje de funcionar, para que los mecanismos incuestionables ya no sean tales y podamos saltar del pentagrama y tocar, interpretar o cantar una música nueva, a nuestro propio ritmo con compases de melodías, tal vez, nunca escuchadas antes.
Los paisajes culturales, construidos a través de la historia ecológica y social dan cuenta de nuestras actividades. Cuando tallamos en la memoria colectiva creencias limitantes es posible que la raíz se tuerza y tome un camino distinto. Un familiar se aleja, un hijo decide quitarse la vida, una pareja se escapa…¿cómo recobrar la amorosidad para aceptar a todo y a todos tal como son?
El amor propio tiene algunas ideas, aceptarnos a nosotros primero desde la más sincera de nuestras facetas, desde la más profunda de nuestras ciénagas. Y ahí, abrazando el lado oscuro, ridículo, censurado y desbastado, asociarlo con la sonrisa más bella, la herida sanada, la mirada sincera, amigar al juez y al juzgado que habitan en un espacio bien pequeño dentro de nuestro corazón, mente, manos, espalda, ojos.
Esta simetría bilateral tiene siempre algo que decir, caminar con las dos piernas, respirar con las dos narinas, abrazar con los dos brazos, amar los dos lados.
Con permiso de B. Hellinger y de Dra. Fontes, maestra generosa y consteladora familiar y comunitaria, conectando la Ecosanación y las constelaciones, advirtiendo que todo tiene un sentido, un orden, una dirección. ¡Hacia allá vamos sanación!
Anahí Fleck
Magister en Neuropsicología. 0376-154-385152