En el sector tabacalero de Misiones, que involucra a unos doce mil productores y sus familias, crece cada vez más la preocupación de que el precio de su materia prima continúe el mismo camino que está viviendo la yerba mate: una caída que no le alcanza para cubrir los costos y que llevó a los agricultores a realizar protestas en las rutas de la Provincia.
Ese temor se radica en que este año, por primera vez en décadas, no hubo concertación ni precio oficial antes de comenzar el acopio, sino que las industrias fijaron el valor que le están pagando a los productores con la promesa que, una vez finalizada la zafra, revisarán y completarán el saldo pendiente hasta alcanzar “un precio justo”. Con un detalle: lo que es justo para unos, puede no serlo para otros.
Para defender este cambio, las empresas argumentaron que “hay un nuevo escenario” económico en el país y que se generó una súper producción de tabaco en varios países del mundo, entre ellos Brasil, por lo tanto, no se podía comprometer un precio hasta vender primero el producto. Recién después les dirán a los productores cuánto le pagarán.
Los gremios aceptaron a regañadientes, pidiendo que el Gobierno provincial sea el mediador y convoque a las partes a continuar la negociación.
Este “nuevo escenario” se dio en un contexto amparado por la filosofía económica impuesta por el Gobierno nacional que promueve la libertad de mercado y la eliminación de las regulaciones del comercio o la producción, permitiendo que las grandes industrias negocien libremente con los pequeños productores el valor de su materia prima, sin intervención estatal.
En esas condiciones comenzó el acopio a principios de febrero, con un valor promedio prometido por las industrias de $2.900. Pero en la última semana bajaron el monto a $2.700 y hasta $2.600 argumentando cuestiones de “calidad”; pero los productores empezaron a desconfiar de que se trata de una maniobra oportunista.
Además, la impaciencia crece en la medida que el Gobierno provincial no convoca a una nueva reunión para continuar negociando el saldo del precio, luego de haber pasado 35 días de iniciado el acopio, tiempo suficiente para que las industrias puedan mostrar el producto a sus compradores multinacionales y determinar el valor que tendrá.
Ese había sido el argumento para no poner precio al inicio: que las multinacionales querían ver la calidad del tabaco o de lo contrario irían a comprar a Brasil que ha tenido una gran producción este año.
Otro aspecto que suma a la preocupación es que las cooperativas chicas no le están pagando a los productores por el tabaco porque las multinacionales están demorando los pagos. Incluso están avisando que podrían pagar en diferido a 30 o 60 días, algo que nunca ocurrió en la comercialización tabacalera en Misiones. Siempre fue al contado, al momento de descargar los fardos.
Las empresas compradoras son Massalin, Alliance One, CIMA, y Blasa, en tanto que las cooperativas son CTM, Cotavi y Panambí. Los productores que venden están enrolados en tres gremios: APTM, Cámara del Tabaco y ACTIM.
Futuro sin precio oficial
En este sentido, Héctor “Cacho” Bárbaro, productor tabacalero, fundador de un gremio y de una cooperativa tabacalera, señaló que “acá está ocurriendo algo preocupante, las grandes industrias están aprovechando la onda libertaria y quieren hacer con el tabaco lo mismo que está pasando con la yerba”.
Y enumeró los datos que abonan su sospecha: “Primero no hubo concertación de precios, segundo están pagando cada vez menos y ahora van a pagar diferido a 30 o 60 días.”
“Yo creo que van a querer eliminar para siempre la concertación de precios, aprovechando la desregulación que promueve el Gobierno nacional. De esa manera van a maximizar ganancias y pagarle lo que ellos quieran al pequeño productor”, dijo a PRIMERA EDICIÓN.
En el caso de la yerba, la desregulación fue impuesta por el presidente Javier Milei, mediante el DNU 70, eliminando las atribuciones que tenía el Instituto Nacional de la Yerba Mate para fijar un precio mínimo de la hoja verde y canchada y exigir que se cumpla.
En cambio, en el tabaco, fue una jugada que inició la Cooperativa de Alem (CTM) arrancando el acopio sin tener precio oficial, y luego siguieron las otras.
Más desprotegidos
Otra diferencia con la yerba es que el sector tabacalero no tiene un organismo similar al INYM que regule y exija el cumplimiento de precios. La concertación de precios era una tradición que se cumplía, pero por buena voluntad de las partes, porque no existe ley que obligue a los actores de la cadena productiva de tabaco a sentarse a negociar a antes de arrancar el acopio.
El sector tabacalero está mucho más desprotegido de lo que estaba la yerba mate cuando funcionaba el INYM. Por eso la industria pudo imponer el arranque del acopio este año sin haber acordado precio antes.
El titular de la Cámara del Tabaco, Gustavo Piñeiro, también se refirió al tema al afirmar que “esta política de desregulación del mercado nos dejó afuera de la negociación tanto a los representantes de los productores como al Gobierno provincial para fijar un precio”.
Se lamentó que ahora las empresas pueden comenzar a comprar tabaco sin necesidad de un acuerdo previo.
“Eso es lo que sucedió este año, y así sigue la compra. Nosotros queremos que por lo menos el productor se lleve entre $2.900 y $3.000 de bolsillo ahora, y más adelante tratar de buscar un porcentaje más alto, que sea del 25%”, dijo el gremialista a PRIMERA EDICIÓN.
El pasado miércoles los tres gremios presentaron una nota exigiendo que se garantice un precio de $2.900 de bolsillo por kilo para cada productor y que se cumpla “con el pago en la caja de ahorro de los productores en tiempo y forma” debido a los retrasos.
Además, pidieron “retomar de manera urgente las negociaciones de precio y establecer una reunión inmediata”.
El titular de otro gremio, la Asociación de Campesinos Tabacaleros Independientes de Misiones (ACTIM), Luis Batirola, dijo que “como productores no tenemos la fuerza para sentar en la mesa a las empresas” a negociar, y por eso pidió que la Provincia tome esa decisión de convocar.